La separación de la paja y el grano se lleva al cabo por medio ya sea de una pala ancha o una horquilla de madera que tiene doblados los dientes. Con este instrumento el tamo, la paja y el grano se avientan contra el aire. Como generalmente hay una brisa que sopla por las tardes, este es el tiempo apropiado para hacer este trabajo. Así fue como Noemí dijo a Ruth acerca de Booz: "He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas" (Ruth 3:2).
Cuando la Biblia habla del bieldo del agricultor, no quiere decir que se usara algún instrumento para aumentar el viento. Más bien, el bieldo era la pala o la horquilla de madera que se usaba cuando el grano y la paja juntos eran arrojados al viento. El profeta Jeremías habla de Dios usando el bieldo para separar su pueblo Israel: "Y aventélos con aventador hasta las puertas de lo tierra” (Jer. 15:7).
Cuando el grano y la paja están juntos, son arrojados al aire, el viento hace que el montón de material caiga como sigue: Ya que el grano es el más pesado, naturalmente cae debajo del bieldo. La paja es llevada por el viento a un lado formando un montón y el tamo más ligero y el polvo son llevados lejos por el viento. Esto dio al salmista su figura: "No así los malos: sino como el tamo que arrebata el viento” (Sal. 1:4). El tamo se quema, como lo indican a menudo las Escrituras: "Como la lengua del luego consume aristas" (Isa. 5:24). Juan el Bautista estaba familiarizado con el proceso de aventamiento y el tamo quemado. El dijo: "Su aventador en su mano está y aventará su era: y allegará su trigo en el alfolí y quemará la paja en fuego que nunca se apagará” (Mat. 3:1 Luc. 3:17).
El doctor Lambie reporta haber visto un proceso adicional usado por los árabes de las tierras bíblicas. Después de aventar contra el viento, el grano se pone sobre una roca y el agricultor usa una estera como de cuarenta y cinco centímetros en cuadro con el cual avienta el grano, mientras que un ayudante se ocupa de voltearlo a fin de quitar cualquier tamo que hubiere quedado. No hay referencia definida de esta práctica en la Biblia, pero posiblemente este método puede haberse practicado en tiempos antiguos, como medio adicional para limpiar el grano, o quizá se empleaba cuando se paralizaba el viento.
Al terminar el proceso del aventamiento, luego viene el de cernir el grano. El trigo y la cebada estarán más o menos revueltos con cierta cantidad de tamo, pequeñas piedrecillas y quizá algo de cizaña. Por eso se hace necesario cernirlo antes que el grano sea molido. Esta tarea es para las mujeres. La que lo cierne se sienta en el suelo y sacude el cedazo que contiene el grano, hasta que el tamo principia a aparecer encima, luego éste es arrojado a fuerza de aire del pulmón. Luego las piedrecillas son removidas juntamente con la cizaña. El Señor Jesús, se refirió al zarandeo de Simón Pedro cuando dice: "Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; Mas yo he rogado por ti que tu fe no falte: Y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (Luc. 22:31, 32).
Cantidades pequeñas de grano a menudo se almacenan para uso futuro de la familia, en tinajas o botijas hechas de una combinación de arcilla y mimbres. Si las cantidades de grano son mayores, se guardan en una cisterna subterránea, y la localización del lugar se guarda en secreto, cubriéndose la abertura. Pero en verdad, no había tinajas o botijas de harina en los hogares en los tiempos del Antiguo Testamento. Una mejor traducción de la palabra "tinaja", será "jarra". Para almacenar granos y harina se usaban jarras de barro. (cf. 1 Reyes 17:12, 14, 16; y 18:34.
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