Clases de grano que se siembra. Hay varias clases de grano que se usa en Oriente. Las dos principales clases de granos que se cultivan en la antigua Palestina eran trigo y cebada. En Antiguo Testamento se menciona una vez el uso del mijo (Ezeq. 4:9). En los tiempos modernos, tanto el arroz como el maíz, se usan en Palestina, aunque el primero se importa principalmente.
Cuándo y cómo se siembra la semilla. El labrador, por lo regular, lleva la semilla a su campo en un saco grande, sobre un asno, después, la bolsa de cuero que lleva bajo el brazo la llena con la milla del saco grande. Como regla general la semilla se esparce en todo lo ancho de la tierra, y luego se cubre por medio del arado, a menudo el sembrador camina a lo largo del terreno esparciendo semilla, y luego uno de la familia o algún sirviente, si es que se tiene uno, le sigue directamente con el arado. La palabra bíblica «sembrar" que se usa en el Pentateuco (Gén. 26:12; Lev. 25:3, etc. quiere decir "esparcir la simiente".
La siembra, como la ilustra Jesús en sus parábolas. El proceso de la siembra y lo que sucede a la semilla, está muy bien ilustrado en la parábola del sembrador. No podría encontrarse un mejor cuadro del proceso oriental de sembrar el grano, que él que da hace Jesús en esta parábola (Mat. 13:3-8; Marc. 4:3-8; Luc. 8:5-8.
"He aquí el que sembraba salió a sembrar. Y sembrando, parte de la simiente cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron" (Mat. 13:3, 4) - Había muy pocos caminos en conforme al uso moderno de la palabra, hasta que los romanos construyeron sus caminos, y éstos sólo conectaban los lugares más portantes. Porque se viajaba, ya fuera a píe, o por medio de asnos y camellos, sobre simples veredas, que era lo que había. Estas veredas eran cedidas para el uso público según costumbre antigua. Si tal vereda atravesaba la tierra de algún labrador, él araba la tierra hasta las orillas de la angosta vereda, pero la dejaba libre para el uso de los viajeros. Los evangelios sinópticos nos dicen de Jesús y sus discípulos cómo viajaron de esa manera al través de un campo de trigo (Mat. 12:1; Marc. 2:23; Luc. 6:1).
Setos o cercas raramente se colocaban a lo largo de tales veredas. Cuando el labrador esparcía la simiente, alguna naturalmente caían sobre el “camino”, y no siendo cubierta por el arado, pronto los pájaros, al descubrirla, se la comían.
“Y parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y nació luego, porque no tenía profundidad de tierra. Mas en saliendo el sol se quemó; y secóse porque no tenía raíz" (Mat. 13:5, 6, ). La idea aquí no es de una tierra plagada de piedras, sino de una capa delgada de tierra que apenas cubre la roca debajo. En estas condiciones el grano nacía pronto, pero por carecer de raíces profundas, se secaba por el fuerte sol y no llegaba a madurar.
“Y parte cayó en espinas; y las espinas crecieron, y la ahogaron". En Palestina y en Siria existen muchos arbustos espinosos que crecen cerca del grano en el campo y algunas de ellas crecen entre el grano. El labrador nativo usa estos arbustos espinosos en el verano para hacer fuego y cocinar su comida, de allí que no sea tan cuidadoso para quitarlos de los lugares vecinos, y por eso algunos de ellos ahogan el trigo o la cebada cuando es pequeña.
"Y parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cual a ciento, cual a sesenta y cual a treinta". Los labradores nativos de las tierras bíblicas siempre tienen muy pocas ganancias de la simiente que siembran, porque sus métodos son primitivos. Pero hay ejemplos de buenas cosechas en tiempos modernos. El Rvdo. George Mackie, que fue misionero en Siria, ha dicho: "La tierra es en muchos lugares excesivamente fértil, y la utilidad corresponde a la cifra arriba citada en la parábola". Cuando Isaac sembró la rica sección del Negeb del sur de Canaán, dice la Escritura: "Y sembró Isaac en aquella tierra y halló aquel año ciento por uno" (Gén. 26:12).
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