TORRES
Las ciudades orientales han tenido dos tipos de torres. Primero. Estaba la torre construida como parte de la muralla de la ciudad en este punto, la torre se construía más alta y servía como un fortín aproximación del enemigo podía observarse desde allí, y las armas arrojaban sus proyectiles sobre los hombres que atentaban tornar la ciudad. Casi cada puerta de importancia tenía sobre ella una torre. A menudo se construían las torres en los lugares donde los muros hacían esquina. A éstas se les llamaba "torres de esquina". El rey Uzías usó tales torres: "hubo en Jerusalén máquinas por industria de ingenieros, para que estuviesen en las torres y en los baluartes"; de la margen de la Versión Revisada Americana: "torres de esquina para arrojar saetas y grandes piedras" (2 Crón. 26.15). Segundo, se construía aparte del muro una ciudadela o fortín y en un terreno más alto que el resto de la ciudad, el cual servía para defenderla. La torre de Sichem a que se refiere la historia dc Abimelec era sin duda de esta clase de torre (Jue. 9:46).
LAS CALLES
Las palabras usadas en la Biblia hebrea para calles, indicaba que había de ellas tres variedades. La calle usual era larga, angosta y sinuosa (Josué 2:19, etc.). Las calles cerca de las puertas de la ciudad y aquellas frente a edificios públicos o donde la una cruza con la otra, eran anchas plazas (Neh. 8:1). Una tercera clase de calle era aquella que es semejante a nuestras callejuelas (Prov. 7:8). Por regla general las calles en Oriente en la actualidad son angostas, y todo indica que también fueron angostas en los tiempos antiguos. En las ciudades, algunas se encuentran pavimentadas (generalmente de piedras), pero en las villas raramente se pavimentan. David dijo: "Esparcirlos como lodo de las calles" (Sal. 18:42). Isaías también se refiere al "lodo de las calles" (Isa. 10:6). Las calles de la ciudad usualmente pavimentadas, en los días bíblicos incluían aquellas construidas en conexión con el templo o a algún edificio público. El oriental aprecia grandemente la descripción del cielo, "Y la plaza de la ciudad era de oro puro como vidrio transparente” (Apoc. 21:21).
MURALLAS
MURALLAS
Las murallas, parte de las fortificaciones de la ciudad. En los tiempos bíblicos la mayoría de las ciudades estaban amuralladas y fortificadas para protección contra el enemigo. Los que vivían ciudad sin murallas se interesaban en que se construyeran a su alrededor. A menudo, cuando la Biblia dice que cierta persona construyó una ciudad, lo que se quiere decir no es que se haya localizado un nuevo sitio y una nueva ciudad se haya construido en él, bien, que a la ciudad ya habitada, se le construyeron muros derredor de ella. Fue así como Salomón construyó a “Beth-orón la de arriba y Beth-orón la de abajo, ciudades fortificadas, de muros puertas, y barras” (2 Cron. 8:5).
VILLAS
VILLAS
La diferencia entre ciudades y villas en lo referente a las murallas. En tiempos antiquísimos del Antiguo Testamento las villas eran lugares de morada sin murallas en su derredor, mientras que las ciudades y pueblos eran lugares más grandes, y estaban amurallados. La ley mosaica hacía tal distinción: "Y el varón que vendiere una casa de morada en ciudad cercada” (Lev. 25:29). "Más las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor" (Lev. 25.31). Las villas a menudo se localizaban cerca de una ciudad amurallada o fortificada de la cual más o menos dependían. Así la ciudad era la metrópoli de las villas. Con frecuencia leemos en la Biblia de "ciudades y sus villas", y algunas veces una traducción literal nos daría una expresión de "ciudades y sus hijas", indicando una ciudad madre”; sus villas dependientes de ella que la rodean (cf. Josué 15:45 y 17:11).
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