Los Pájaros son enemigos del grano. En el Oriente, grandes parvadas de pájaros a menudo siguen a los sembradores, cuando siembran la semilla, para cogerla, si acaso pueden, cuando la esparcen. Algo de la semilla así se pierde antes que el arado la cubra. Aquella que llega a caer en el camino instantáneamente es devorada por las aves (Marc. 4:4).
La Cizaña también es enemiga del grano. En su parábola de la Cizaña, Jesús dice: "Mas durmiendo los hombres, vino su enemigo, y sembró el cizaña entre el trigo" (Mat. 13:25). En la Tierra Santa a la cizaña a menudo se le llama "trigo silvestre", porque se parece al trigo, sólo que sus granos son negros. El Dr. Thompson dice lo siguiente respecto a la cizaña:
"El nombre árabe para la cizaña es zawan, y abunda en todo Oriente; y es una gran molestia para el agricultor. El grano es pequeño, y se encuentra en la parte alta del tallo, el que permanece peladamente erecto. Su sabor es amargo, y cuando se come separadamente o cuando se diluye en el pan ordinario, causa vértigos y a menudo actúa como vomitivo. Es pues un fuerte veneno soporífico, y debe cuidadosamente ser separado, y sacado del trigo grano por grano, antes de molerlo de otra manera la harina no es saludable. Por supuesto los agricultores desean ardientemente exterminarla, pero eso es casi imposible".
El Fuego es otro de los enemigos del agricultor. En Palestina los árabes dejan que el trigo sc madure mucho, y así tan seco como una yesca lo cortan. Las espinas crecen, por lo general, en derredor del campo de trigo, y algunas veces mezcladas con el grano, y así es muy fácil que un fuego que principia se propague por medio de las espinas y extenderse al trigo; y es muy difícil mantener un campo de trigo fuera de su alcance. La ley de Moisés tenía un sabio reglamento acerca del fuego en relación a los campos de trigo: "Cuando hubiere un luego y hallare espinas, y fuere quemando montón, o aza, o campo, el que encendió el fuego pagará lo quemado" (Ex. 22:6).
Las langostas son un enemigo muy temido por los agricultores. Tal vez estas criaturas son cl enemigo más odiado del agricultor palestino. Son muy semejantes a los chapulines que conocen los occidentales. Cuando alcanzan la proporción de una plaga, son realmente una vasta multitud (cf. Jueces 6:5; 7:12) - Llegan a ocupar un lugar tan extenso como el de quince a Veinte kilómetros de largo y seis a ocho kilómetros de ancho. Se dice que marchan como un ejército. El libro de los Proverbios nos relata un hecho interesante acerca de ellas: "Las langostas no tienen rey, y salen todas acuadrilladas" (Prov. 30:27). Cuando el tiempo está frío y el aire húmedo, si llegan a mojarse con el rocío, entonces se quedan quietas allí donde está, hasta que el sol las seca y calienta. El profeta Nahum las describe así: "Que se sientan en vallados en días de frío, salido el sol se mudan" (Nahum 3:17). El profeta Joel describe el juicio del Día del Señor en términos de una invasión de langostas. La plaga de langostas oscurece la luz del sol a causa de su gran multitud (Joel 2:2). Antes de su venida, la tierra será como el Edén, pero cuando se van, queda como un desolado desierto (Joel 2:3). Su apariencia se compara a la de los caballos, porque la forma de su cabeza se parece a la del caballo (Joel 2:4). Hacen un gran ruido cuando comen (Joel 2:5). La consternación que causan al pueblo de la tierra puede describirse así: "Delante de él temerán los pueblos" (Joel 2:6). Son capaces de entrar por las ventanas y saltar las tapias o por las puertas de las casas (Joel 2:9). El hecho terrible es que algunas veces un enjambre de langostas tras otro puede invadir la misma sección de terreno. El Dr. Keil piensa que esto es lo que Joel 1:4 describe, más bien que las diferentes faces en el desarrollo de la langosta. El traduce literalmente este versículo, así: "Lo que quedó de la roedora, comió la multiplicadora, y lo que quedó de la multiplicadora, lo comió la lamedora, y la devoradora comió lo que de la lamedora había quedado".
Los ladrones también son grandes enemigos del agricultor. Esto es cierto especialmente en los tiempos modernos cuando el gobierno ha sido estable y eficiente, así como bajo el yugo de los turcos. En estas condiciones, cuando el grano se ha plantado distante de villas donde los agricultores viven, o si ha sido plantado a un cercano territorio de alguna de las tribus feroces de árabes beduinos, hay riesgo de perder la cosecha, o al menos parte de ella. En muchas ocasiones en tiempos bíblicos, Israel perdió su cosecha que se robaron sus enemigos. Esto fue el caso especialmente en tiempos de los jueces. "Pues como los de Israel habían sembrado, subían los madianitas, y los Amalecitas, y los orientales" (Jueces 6:3). Estando los enemigos cercanos, las cosechas se encontraban siempre en peligro de perderse, y aun la semilla era tomada a menudo. Así que el agricultor rústico es muy pobre, y su suplemento de semilla pan siembra no es mucha, él continuará sembrando su semilla con cierto temor y temblor, pensando si levantará su cosecha o el se la quitará.. Como los sentimientos de los orientales son fácilmente cambiados, uno puede imaginárselos yendo con lágrimas a sembrar, luego si la cosecha llega a madurar, con regocijo la recogerá, es el cuadro que el salmista tenía en mente cuando escribió lo que sigue: "Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán, andando y llorando el que lleva la preciosa simiente; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas" (Sal. 126:5, 6).
Los campos de grano en Palestina dependen grandemente de la lluvia para su fertilidad. Pero no llueve de mayo a septiembre. La primera lluvia de que se habla en las Escrituras cae en la última quincena de octubre o a principios de noviembre, y por lo regular esta lluvia es la señal para que el agricultor principie a arar sus tierras y plantar la semilla. También habla la Biblia de las lluvias tardías, que ordinariamente caen de marzo a abril, y esta lluvia es muy valiosa para la madurez de las cosechas de cebada y trigo. Las fuertes lluvias de invierno vienen en la última quincena de diciembre y duran los meses de enero y febrero.
La profecía de Joel menciona estas tres lluvias. "Porque os ha dado la primera lluvia arregladamente, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía, como al principio" (Joel 2:23). La palabra "lluvia" aquí empleada, significa lluvia fuerte, a grandes chorros que cae en los meses de invierno, y la estación de lluvias principia con la primera lluvia en otoño, y termina con las lluvias tardías de la primavera.
La cebada se cosecha en abril y mayo, y el trigo en mayo y junio. Vemos así que Jeremías está correcto en su orden de las estaciones en relación al tiempo de la cosecha, cuando decía: "Pasóse la siega, acabóse el verano, y nosotros no hemos sido salvos" (Jer. 8:20).
Comer el grano en el campo. Cuando el grano de trigo en el campo ha pasado la "época de leche", y principia a endurecerse, entonces se le llama fereek y se considera delicioso al comerlo crudo. Los nativos de la tierra le arrancan las espigas y luego las remuelen entre las manos para comerlas. Por siglos la ley tradicional de la hospitalidad aunque no escrita, ha sido que los viajeros pueden comer del trigo cuando pasan por los sembrados, pero no deben llevar nada consigo. La ley de Dios concede este mismo privilegio. "Cuando entrares en la mies de tu prójimo, podrás cortar espigas con tu mano; mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo" (Deut. 23) Cuando los fariseos criticaron a los discípulos, no fue porque comiesen trigo cuando atravesaban los campos, sino por hacerlo en el día del sábado (Luc. 6:1, 2).
Grano dejado para los pobres. La ley mosaica estipulaba que debía tenerse cuidado de los pobres, al cosechar el grano. "Y segaréis la mies de vuestra tierra, no acabarás de segar el rincón de tu haza, ni espigarás tu siega, para el pobre y para el extraño lo dejarás" (Lev. 23:22). Ruth la moabita se aprovechó de esta oportunidad como que era extranjera en la tierra y así rebuscó en el campo de Booz (Ruth, cap. 2). Los agricultores árabes de esos tiempos siguen la misma costumbre antigua, aun cuando no conocen bien el precepto bíblico acerca de ello. Ellos no pensarán tocar la esquina de su campo al levantar su cosecha. Esto se deja para pobres y para los extranjeros. Puede recogerse más tarde en montón, pero se dará a los pobres, o se usará para mantener cámara para huéspedes.
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