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Cuándo y cómo fue inventado el pueblo judío


Palestine Think Tank
Traducido por Manuel Talens

El historiador Shlomo Sand, profesor de la Universidad de Tel Aviv, inicia su brillante estudio del nacionalismo judío citando a Karl W. Deutsch: "Una nación es un grupo unido por un error común sobre su origen y una hostilidad colectiva hacia sus vecinos" [1].
Por muy simple o incluso simplista que parezca, esa cita resume con elocuencia el producto de la imaginación que yace enredado en el nacionalismo judío moderno y, sobre todo, en el concepto de identidad judía. Es obvio que señala con el dedo el error colectivo que los judíos tienden a cometer cada vez que se refieren a su "ilusorio pasado colectivo" y a su "origen colectivo". De una misma tacada, la lectura del nacionalismo que hace Deutsch arroja luz sobre la hostilidad que por desgracia corre parejas en casi cada grupo judío con respecto a la realidad que lo rodea, ya sea humana o adopte la forma de territorio. Mientras que la brutalidad con que los israelitas tratan a los palestinos es ya algo sobradamente conocido, el áspero tratamiento que los israelíes reservan para su "tierra prometida" y su paisaje sólo empieza ahora a revelarse. El desastre ecológico que los israelíes van a dejar tras ellos será la causa del sufrimiento de muchas generaciones futuras. Dejando aparte el muro megalomaníaco que divide la tierra santa en enclaves de depravación y hambruna, Israel se las ha arreglado para contaminar sus principales ríos y arroyos con desechos nucleares y químicos.
When And How the Jewish People Was Invented [Cuándo y cómo fue inventado el pueblo judío] es un estudio escrito por el profesor Shlomo Sand, un historiador israelí. Se trata del estudio más serio jamás publicado sobre el nacionalismo judío y, de lejos, el análisis más valiente del discurso histórico judío.
En su libro, Sand se las arregla para probar fuera de toda duda razonable que el pueblo judío no existió nunca como "raza-nación" y nunca compartió un origen común. Muy al contrario, se trata de una colorida mezcla de grupos que en varias etapas de la historia adoptaron la religión judía.
En el caso de que el lector siga la línea de pensamiento de Sand y llegue a preguntarse, ¿cuándo fue inventado el pueblo judío?, la respuesta de Sand es bastante simple: "En algún momento del siglo XIX, algunos intelectuales de origen judío en Alemania, influenciados por el carácter folclórico del nacionalismo alemán, se impusieron la tarea de inventar ‘retrospectivamente’ un pueblo, ansiosos por crear un pueblo judío moderno." [2].
De acuerdo con esto, el "pueblo judío" es una noción artificial formada por un pasado ficticio e imaginario con muy poca sustancia que lo respalde desde los puntos de vista forense, histórico o textual. Además, Sand –que utilizó fuentes iniciales de la antigüedad– llega a la conclusión de que el exilio judío es también un mito y de que es mucho más probable que los palestinos actuales sean los descendientes del antiguo pueblo semita de Judea/Canaán en vez de la multitud de asquenazíes de origen kazario a la que él reconoce pertenecer.
Lo sorprendente es que, a pesar de que Sand ha logrado desmantelar la noción de "pueblo judío", de que destruye la noción de "pasado colectivo judío" y ridiculiza el ímpetu chovinista nacional judío, su libro es un bestseller en Israel. Este hecho, por sí mismo, puede sugerir que aquellos que se llaman a sí mismos "pueblo del libro" están ahora empezando a enterarse de las engañosas y devastadoras posturas e ideologías que los han convertido en eso que Khalid Amayreh y muchos otros consideran como los "nazis de nuestro tiempo".

Hitler triunfó

Con mucha frecuencia, cuando se le pregunta a un judío laico y cosmopolita qué es lo que lo convierte en judío, suele replicar masticando una vacía respuesta: "Fue Hitler quien me hizo judío". Incluso si el judío cosmopolita, que es internacionalista, critica las inclinaciones nacionalistas de otros pueblos, insiste en seguir manteniendo su propio derecho a la "autodeterminación". Sin embargo, no es él quien dirige esta exigencia de orientación nacional, sino el diablo, ese monstruo antisemita llamado Hitler. Según parece, el judío cosmopolita celebra su derecho al nacionalismo siempre que pueda echarle la culpa a Hitler.
En lo que respecta al judío laico cosmopolita, Hitler triunfó. Sand se las arregla para poner de relieve esta paradoja. Con mucha perspicacia sugiere que "mientras que en el siglo XIX referirse a los judíos como una ’identidad racial distinta’ era un signo de antisemitismo, en el Estado judío esta otredad está mental e intelectualmente arraigada [3]. En Israel, los judíos celebran su diferencia y sus condiciones únicas. Además, dice Sand, "hubo momentos en Europa en los que era posible ser tachado de antisemita por decir que todos los judíos pertenecen a una nación distinta. Hoy en día, el hecho de decir que los judíos no han sido nunca y siguen sin ser un pueblo o una nación hace que a uno lo califiquen de odiador de judíos." [4].
Resulta bastante sorprendente que el único pueblo que ha logrado mantener una identidad nacional racialmente orientada, expansionista y genocida, la cual no se diferencia en nada de la ideología étnica nazi, sean los judíos, que fueron, entre otros, las principales víctimas de la ideología y la práctica nazis.

Nacionalismo en general y nacionalismo judío en particular

Louis-Ferdinand Celine mencionó que durante la Edad Media, entre las guerras, los caballeros cobraban un alto precio por estar dispuestos a morir en nombre de sus reinos, mientras que en el siglo XX los jóvenes no dudan en morir en masa, pero sin pedir nada como recompensa. Para poder comprender este cambio en la conciencia de masas es necesario un modelo metodológico elocuente que nos permita descifrar en qué consiste el nacionalismo.
Al igual que Karl Deutsch, Sand considera la nacionalidad como un discurso fantasmático. Es un hecho establecido que los estudios antropológicos e históricos de los orígenes de diferentes "pueblos" y "naciones" conducen a la embarazosa desintegración de cualquier etnia o identidad étnica. De ahí que resulte interesante encontrar que los judíos tienden a tomarse muy en serio su propio mito étnico. La explicación puede ser simple, tal como Benjamin Beit Halachmi señaló hace años. El sionismo estaba ahí para transformar la Biblia, que de texto espiritual pasó a ser un "acto notarial". Por eso, la verdad de la Biblia o de cualquier otro elemento del discurso histórico judío tiene poca importancia siempre que no interfiera con la causa o con la práctica política nacional de los judíos.
Puede suponerse que la ausencia de un claro origen étnico no impide que la gente tenga el sentimiento de pertenencia étnica o nacional. El hecho de que los judíos estén lejos de ser un pueblo y de que la Biblia sea un texto de muy limitada verdad histórica no impide que generaciones de israelíes y judíos se identifiquen con el rey David o con el gigante Sansón. Está claro que la ausencia de un origen étnico inequívoco no impide que la gente se considere parte de un pueblo. De manera similar, tampoco impide que el judío nacionalista tenga el sentimiento de pertenencia a una gran colectividad abstracta.
En los años setenta, Shlomo Artzi, que entonces era un joven cantante israelí a punto de convertirse en la mayor estrella del rock de Israel, grabó una canción que alcanzó un éxito multitudinario en cuestión de horas.

He aquí los primeros versos:
De repente
Un hombre se despierta
Por la mañana
Siente que es pueblo
Y echa andar
Y a todo el que se le cruza
Le dice shalom

Hasta cierto punto Artzi expresó inocentemente en sus versos la brusquedad y la casi eventualidad de la transformación de los judíos en un pueblo. Sin embargo, de forma simultánea Artzi contribuyó a la ilusión del mito nacional de la nación que busca la paz. A aquellas alturas Artzi debería haber sabido ya que el nacionalismo judío era un acto colonialista a expensas del pueblo autóctono palestino.
Según parece, el nacionalismo, la pertenencia nacional y el nacionalismo judío en particular son objeto de una importante tarea intelectual. Resulta interesante que los primeros en analizar teórica y metódicamente los asuntos relativos al nacionalismo fueran ideólogos marxistas. Aunque el propio Marx no logró encontrar una respuesta adecuada, el auge de las exigencias nacionalistas durante el siglo XX en la de Europa oriental y central pilló desprevenidos a Lenin y Stalin.
La contribución marxista al estudio del nacionalismo puede considerarse como el foco que ilumina la profunda relación existente entre el auge de la libre economía y el desarrollo del Estado nacional [5]. De hecho, Stalin resumió la posición marxista: "La nación", dijo, "es una sólida colaboración entre seres, históricamente creada y formada de acuerdo con cuatro fenómenos compartidos: la lengua, el territorio, la economía y la significación psíquica..." [6].
Como era de esperar, el intento materialista marxista de comprender el nacionalismo carece de una visión histórica adecuada. En ausencia de ésta se basa en la lucha de clases. Por razones obvias, esta visión fue muy popular entre quienes creen en el "socialismo de una nación", entre los cuales podemos incluir a los proponentes de una rama izquierdista del sionismo.
Para Sand, el nacionalismo evolucionó a causa del "éxtasis creado por la modernidad, que escinde a la gente de su pasado inmediato" [7]. La morbilidad creada por la urbanización y la industrialización pulverizó el sistema jerárquico social, así como la continuidad entre pasado, presente y futuro. Sand señala que antes de la industrialización el campesino feudal no sentía necesariamente la necesidad de un discurso histórico de imperios y reinos. El sujeto feudal no necesitaba un abstracto discurso histórico de amplias colectividades, que tenían muy poca importancia para la necesidad existencial inmediata y concreta. "Sin una percepción de progresión social, se las arreglaba bien con un relato religioso imaginario que contenía un mosaico de memoria sin dimensión real de un tiempo que avanza. El ‘fin’ era el principio y la eternidad hacía de puente entre la vida y la muerte." [8]. En el mundo urbano moderno y laico, el "tiempo" se había convertido en el principal navío de la vida que ilustra un sentido simbólico imaginario. El tiempo histórico colectivo se había convertido en el ingrediente elemental de lo personal y lo íntimo. El discurso colectivo da forma a la significación personal y a lo que parece ser "real". Por mucho que gentes banales sigan insistiendo en que "lo personal es político", sería mucho más inteligible afirmar que en la práctica sucede lo contrario. En la condición posmoderna, lo político es personal y el sujeto es hablado en vez de hablar por sí mismo. La autenticidad es un mito que se reproduce a sí mismo bajo la forma de un identificante simbólico.
La lectura que hace Sand del nacionalismo como producto de la industrialización, la urbanización y la laicidad tiene mucho sentido si se considera la sugerencia de Uri Slezkin, según la cual los judíos son los "apóstoles de la modernidad", la laicidad y la urbanización. Si los judíos se encontraron a sí mismos en el centro de la organización y de la laicidad no debería sorprendernos que los sionistas fuesen bastante creativos, como cualquier otro, a la hora de inventar su propio relato imaginario colectivo y fantasmático. Sin embargo, al insistir en su derecho a ser "como cualquier otro pueblo", los sionistas han logrado transformar su pasado colectivo imaginario en un programa global, expansionista y despiadado y en la mayor amenaza contra la paz del mundo.

No existe una historia judía

Es un hecho establecido que entre el siglo I y principios del XIX no se escribió ningún texto histórico judío. El hecho de que el judaísmo se base en un mito histórico religioso puede tener algo que ver con esto. La tradición rabínica no se preocupó nunca de investigar adecuadamente el pasado judío. Es probable que una de las razones sea la ausencia de necesidad de proceder a un esfuerzo metódico. Para los judíos que vivían en tiempos antiguos y en la Edad Media, la Biblia estaba ahí para responder las preguntas más relevantes relacionadas con la vida diaria, la significación y el destino judíos. Tal como señala Shlomo Sand, "el tiempo cronológico laico era ajeno al ‘ tiempo de la diáspora’, determinado por la espera de la llegada del Mesías".
Sin embargo, a la luz de la laicidad, la urbanización y la emancipación alemanas y a causa de la menor autoridad de los líderes rabínicos, surgió la necesidad de una causa alternativa entre los nacientes intelectuales judíos. El judío emancipado se preguntaba quién era, de donde venía. También empezó a especular que su función podría estar en el interior de una sociedad europea cada vez más abierta.
En 1820 el historiador judío alemán Isaak Markus Jost (1793-1860) publicó la primera obra histórica seria sobre los judíos, titulada The History of the Israelites. Jost evitó los tiempos bíblicos, prefirió iniciar su viaje con el reino de Judea y también compiló un discurso histórico de las diferentes comunidades judías del mundo. Jost se dio cuenta de que los judíos de su tiempo no formaban una continuidad étnica. Intuyó que los israelitas de distintos lugares eran diferentes. De ahí que pensase que no había nada en el mundo que pudiese impedir la total asimilación de los judíos. Jost creía que en el interior del espíritu ilustrado, tanto los alemanes como los judíos darían la espalda a la opresiva institución religiosa y formarían una saludable nación basada en un creciente sentido de pertenencia geográficamente orientado.
Aunque Jost era consciente del desarrollo del nacionalismo europeo, sus seguidores judíos estaban bastante descontentos con su optimista lectura liberal del futuro judío. "A partir del historiador Heinrich Graetz, los historiadores judíos empezaron a dibujar la historia del judaísmo como la de una nación que había sido un "reino", que fue expulsada al "exilio" y que se convirtió en un pueblo errante que terminaba por regresar a su tierra natal" [9].
Para el difunto Moses Hess lo que definiría la forma de Europa era una lucha racial más que una lucha de clases. En consonancia, sugirió, más valdría que los judíos reflexionasen sobre su herencia cultural y su origen étnico. Para Hess, el conflicto entre judíos y gentiles era el producto de la diferenciación racial, es decir, algo inevitable.
El camino ideológico que va desde la orientación racista pseudocientífica de Hess y el historicismo sionista es bastante obvio. Si los judíos son una entidad racial distinta (tal como creían Hess, Jabotinsky y otros), lo mejor que pueden hacer es dirigirse a su patria natural, y ésta no es otra que Yeretz Yisrael. Está claro que el razonamiento de Hess con respecto a una continuidad racial carecía de base científica. Con vistas a mantener el emergente discurso fantasmático, era necesario erigir un mecanismo orquestado de negación para asegurarse de que algunos hechos embarazosos no interfiriesen con la emergente creación nacional.
Sand sugiere que el mecanismo de negación fue algo orquestado y muy bien planeado. La decisión de la Universidad Hebrea en los años treinta de separar la Historia Judía y la Historia General en dos departamentos distintos fue algo más que un asunto de conveniencia. El logos que subyace a esta división es una ojeada en la autorrealización judía. Para los universitarios judíos, la condición y la psique judías eran algo único que debía estudiarse por separado. Al parecer, incluso en el interior del entorno académico hebreo los judíos, su historia y la percepción de sí mismos tienen reservado un estatus supremo. Tal como Sand perspicazmente desvela, en los departamentos de Estudios Judíos el investigador está disperso entre lo mitológico y lo científico, mientras que el mito mantiene su primacía, lo cual hace que a menudo se atasque en un dilema provocado por "pequeños hechos tortuosos".

El nuevo israelita, la Biblia y la arqueología

En Palestina, los nuevos judíos, más tarde israelíes, estaban determinados a reclutar el Antiguo Testamento y transformarlo en el código amalgamado del futuro judío. La "nacionalización "de la Biblia estaba ahí para implantar en los jóvenes judíos la idea de que son los descendientes directos de sus grandes antepasados antiguos. Teniendo en cuenta que la nacionalización era un movimiento ampliamente laico, se extirpó el significado espiritual y religioso de la Biblia, que pasó a ser considerada como un texto histórico que describía una cadena real de acontecimientos en el pasado. Los judíos que habían logrado matar a su Dios aprendieron a creer en sí mismos. Massada, Sansón y Bar Kochva se convirtieron en discursos suicidas. A la luz de sus heroicos antepasados, los judíos aprendieron a amarse a sí mismos tanto como odian a los demás, excepto que esta vez poseían la capacidad militar de infligir un dolor real a sus vecinos. Más preocupante era el hecho de que en vez de una entidad sobrenatural –es decir, Dios– que les ordenaba invadir un territorio, llevar a cabo un genocidio y robar la "Tierra Prometida" a sus habitantes autóctonos, en su renacido proyecto nacional eran ellos mismos, Herzl, Jabotinsky, Weitzman, Ben Gurion, Sharon, Peres, Barak, quienes decidieron expulsar, destruir y matar. En vez de Dios, eran los judíos quienes mataban en nombre del pueblo judío. Lo hicieron con símbolos judíos decorando sus aviones y sus tanques. Siguieron las órdenes que se les daban en la lengua recién restaurada de sus antepasados.
Lo sorprendente es que Sand, que es sin duda alguna un lúcido historiador, no mencione que el secuestro sionista de la Biblia fue de hecho una desesperada respuesta judía al temprano romanticismo alemán. Sin embargo, por muy ideológica y estéticamente excitados que estuviesen los filósofos, poetas, arquitectos y artistas alemanes por la Grecia presocrática, sabían muy bien que ellos no eran exactamente hijos e hijas del helenismo. El nacionalista judío dio un paso más lejos, se integró en una cadena sanguínea fantasmática con sus míticos antepasados al poco tiempo de haber restaurado su lengua antigua. De ser una lengua sagrada, el hebreo se había convertido en una lengua hablada. El temprano romanticismo alemán nunca llegó tan lejos.
Los intelectuales alemanes durante el siglo XIX eran también perfectamente conscientes de la distinción entre Atenas y Jerusalén. Para ellos, Atenas era lo universal, el capítulo épico de la humanidad y el humanismo. Jerusalén era, por el contrario, el gran capítulo de la barbarie tribal. Jerusalén era una representación de un Dios despiadado, banal, no universal y monoteísta, capaz de matar a ancianos y a lactantes. La era romántica alemana inicial nos legó a Hegel, Nietzsche, Fichte y Heidegger y a unos cuantos judíos que se odiaban a sí mismos, entre los cuales el más importante fue Otto Weininger. Los jerusalenitas no nos legaron ni un solo pensador ideológico. Algunos académicos judíos alemanes de segunda categoría trataron de predicar Jerusalén en la exedra germánica, entre ellos Herman Cohen, Franz Rosenzveig y Ernst Bloch. Obviamente, no llegaron a darse cuenta de que los románticos alemanes iniciales despreciaban las huellas de Jerusalén en la cristiandad.
En su esfuerzo por resucitar a "Jerusalén", se acudió a la arqueología para que proporcionara una base "científica" necesaria al epos sionista. La arqueología estaba ahí para unificar el tiempo bíblico con el momento de la reinstauración. Es probable que el momento más sorprendente de esta extraña tendencia ocurriese en 1982 con la "ceremonia del entierro militar" de los huesos de Shimon Bar Kochva, un rebelde judío que había muerto 2000 años antes. Dirigido por el rabino militar en jefe, se procedió al entierro militar de unos cuantos huesos encontrados en una cueva cerca del Mar Muerto. En la práctica, los supuestos restos de un rebelde judío del siglo I fueron tratados como si fuese una baja del ejército israelí. Estaba claro que la arqueología tenía una función nacional, había sido reclutada para consolidar el pasado y el presente, dejando fuera al Galut, el exilio judío.
Lo sorprendente es que no pasó mucho tiempo antes de que las cosas dieran un giro completo. Conforme la investigación arqueológica se fue independizando del dogma sionista, la embarazosa verdad salió a la luz. Era imposible demostrar la veracidad del relato bíblico con hechos forenses. De hecho, la arqueología refuta la historicidad del argumento bíblico. Las excavaciones revelaron este incómodo hecho. La Biblia es un compendio de innovadora literatura de ficción.
Tal como señala Sand, la historia bíblica primigenia está impregnada de filisteos, arameos y camellos. Lo embarazoso es que las excavaciones demuestran que los filisteos no aparecieron en la región antes del siglo XII a. de J.C.; los arameos un siglo después y los camellos no mostraron sus caras joviales antes del siglo VIII. Estos hechos científicos sumieron a los investigadores sionistas en una grave confusión. Sin embargo, para algunos académicos no judíos, como Thomas Thompson, estaba bastante claro en la Biblia es un "conjunto tardío de innovadora literatura escrita por un talentoso teólogo" [10]. La Biblia parece ser un texto ideológico que estaba ahí para servir a una causa social y política.
Lo peor es que en el Sinaí no se pudieron encontrar muchas pruebas que probasen la historia del legendario éxodo egipcio, en el que unos tres millones de hombres mujeres y niños hebreos vagabundearon en el desierto durante 40 años sin dejar el menor rastro. Ni siquiera una mísera bola de Matzá, el pan ácimo judío.
La historia del nuevo reasentamiento bíblico y del genocidio de los cananeos, que los israelitas contemporáneos imitan con tanto éxito, es otro mito. Jericó, la ciudad fortificada que fue destruida a toque de trompetas con la intervención sobrenatural del altísimo, era sólo un pequeño pueblecito durante el siglo XII a. de J.C.
Por mucho que Israel se considere a sí mismo como la reactivación del monumental reino de David y Salomón, la excavación que tuvo lugar en la vieja ciudad de Jerusalén durante los años setenta reveló que el reino de David no era más que un pequeño asentamiento tribal. Las pruebas que había aportado Yigal Yadin respecto al rey Salomón fueron refutadas más tarde con estudios forenses realizados con carbono 14. Estos incómodos hechos han quedado científicamente establecidos. La Biblia es un relato de ficción y no existe base alguna sobre la que pueda basarse cualquier gloriosa existencia del pueblo hebreo en Palestina en ningún momento.

¿Quién inventó a los judíos?

Ya desde el inicio de su texto, Sand plantea preguntas cruciales muy relevantes: ¿Quiénes son los judíos? ¿De dónde vinieron? ¿Cómo es que en períodos históricos diferentes aparecen en lugares muy distintos y remotos?
Aunque la mayoría de los judíos contemporáneos están totalmente convencidos de que sus antepasados son los israelitas bíblicos, que fueron brutalmente exiliados por los romanos, es preciso decir la verdad. Los judíos contemporáneos no tienen nada que ver con los antiguos israelitas, que nunca fueron enviados al exilio porque dicha expulsión nunca tuvo lugar. El exilio romano es otro mito judío.
"Empecé a buscar estudios de investigación sobre el exilio", ha dicho Sand en una entrevista concedida al Haaretz [11], "pero descubrí con asombro que no existe ninguna literatura al respecto. La razón es que nadie exilió al pueblo de este país. Los romanos no exiliaron gente y no podrían haberlo hecho incluso si hubieran querido. Carecían de trenes y camiones para deportar a poblaciones enteras. Ese tipo de logística no existió hasta el siglo XX. Mi libro nació, efectivamente, de una constatación: de la certeza de que la sociedad judaica no fue ni dispersada ni exiliada.".
Además, a la luz de la simple introspección de Sand, la idea del exilio judío resulta graciosa. Puede que el hecho de pensar que la armada imperial romana se dedicaba veinticuatro horas por día, siete días por semana a transportar dificultosamente a Moishe’le y a Yanka’le hasta Córdoba y Toledo sirva para que los judíos se sientan importantes y transportables, pero el sentido común sugiere que los romanos tenían cosas más importantes que hacer.
Sin embargo, mucho más interesante es el resultado lógico: si el pueblo de Israel no fue expulsado, entonces los verdaderos descendientes de los habitantes del reino de Judá deben ser los palestinos.
"Ninguna población permanece pura durante un período de miles de años", dice Sand [12]. "Pero las posibilidades de que los palestinos sean descendientes del antiguo pueblo judaico son mucho mayores que las de que usted o yo seamos sus descendientes. Los primeros sionistas, hasta la Sublevación Árabe (1936-1939) sabían que no había habido exilio y que los palestinos eran los descendientes de los habitantes del territorio. Sabían que los campesinos no se van hasta que se los expulsa. Incluso Yitzhak Ben-Zvi, el segundo presidente del Estado de Israel, escribió en 1929 que "la mayoría de los campesinos no descienden de los conquistadores árabes, sino más bien de los campesinos judíos, que eran numerosos y mayoritarios en la construcción del territorio."
En su libro, Sand va aún más lejos y sugiere que hasta el primer Levantamiento Árabe (1929), los denominados líderes sionistas izquierdistas tenían tendencia a creer que los campesinos palestinos, que son en realidad "judíos por su origen", se asimilarían en el interior de la emergente cultura hebrea y terminarían por unirse al movimiento sionista. Ben Borochov creía que "un falach (campesino palestino) si se viste como un judío y se comporta como un judío de la clase trabajadora, no se diferencia en nada de los judíos". Esta misma idea reapareció en el texto de Ben Gurion y Ben-Zvi en 1918. Ambos líderes sionistas se dieron cuenta de que la cultura palestina está impregnada de huellas bíblicas, tanto desde el punto de vista lingüístico como geográfico (nombres de aldeas, pueblos, ríos y montañas). Ben Gurion y Ben-Zvi, al menos en un principio, consideraban a los palestinos nativos como parientes étnicos que permanecían apegados a la tierra y eran hermanos potenciales. También consideraban el islam como una amistosa "religión democrática". Claramente, después de 1936, tanto Ben Gurion como Ben-Zvi diluyeron su entusiasmo "multicultural". En lo que respecta a Ben Gurion, la limpieza étnica de los palestinos le pareció mucho más atractiva.
Vale la pena plantear la pregunta: si los palestinos son los auténticos judíos, ¿quiénes son esos que insisten en llamarse a sí mismos judíos?
La respuesta de Sand es bastante simple, pero está cargada de sentido. "El pueblo no se diseminó, fue la religión judía la que se diseminó. El judaísmo era una religión de conversos. Contrariamente al sentir popular, el judaísmo inicial adoraba convertir a los demás." [13].
Es evidente que las religiones monoteístas, al ser menos tolerantes que las politeístas, tienen un ímpetu de expansión. El expansionismo judaico en sus primeros días no sólo era similar al cristianismo, sino que fue el expansionismo judaico quién plantó las semillas de la diseminación en el pensamiento y en la práctica cristianos iniciales."Los hasmoneos", dice Sand [14], "fueron los primeros en contribuir con un gran número de conversos a la masa judía, y ello bajo la influencia del helenismo. Fue esta tradición de las conversiones lo que preparó el terreno para la posterior diseminación de la cristiandad. Tras la victoria de la cristiandad en el siglo IV, la tendencia a la conversión al judaísmo se detuvo en el mundo cristiano y hubo un descenso importante en el número de judíos. Es probable que muchos de los judíos del entorno mediterráneo se convirtieran en cristianos. Pero entonces el judaísmo empezó a permear otras regiones paganas, tales como el Yemen y África del Norte. Si el judaísmo no hubiera continuado su avance en aquel momento convirtiendo pueblos del mundo pagano, habría seguido siendo una religión completamente marginal, caso de haber sobrevivido."
Los judíos de España, que creemos relacionados mediante lazos de sangre con los israelitas iniciales, parecen ser bereberes convertidos. "Me pregunté a mí mismo", dice Sand, "como fue que aparecieron en España unas comunidades judías tan numerosas. Entonces vi que Tariq ibn Ziyad, el comandante supremo de los musulmanes que conquistaron España, era berebere, y que la mayor parte de sus soldados eran bereberes. El reino berebere judío de Dahlia al-Kahima había sido derrotado sólo 15 años antes. Y la verdad es que un cierto número de fuentes cristianas dicen que muchos de los conquistadores de España eran conversos judíos. La fuente más profunda fe la gran comunidad judía de España eran aquellos soldados bereberes que se convirtieron al judaísmo."
Como era de esperar, Sand aprueba la ampliamente aceptada asunción de que los kazarios judaizados constituyeron los principales orígenes de las comunidades judías de la Europa del Este, que él denomina la Nación Yiddish. Cuando se le preguntó cómo fue que llegaron a hablar el yiddish, que está considerado como un dialecto medieval alemán, respondió: "Los judíos eran un pueblo que dependía de la burguesía alemana en el Este, así que adoptaron palabras alemanas".
En su libro, Sand ofrece una enumeración detallada de la saga kazaria en la historia judía. Explica qué fue lo que condujo al reino kazario hacia la conversión. Teniendo en cuenta que el nacionalismo judío está liderado en su mayor parte por una elite kazaria, puede que debamos expandir nuestro conocimiento íntimo de este grupo político tan único e influyente. La traducción de la obra de Sand a otras lenguas es una necesidad inmediata (la traducción francesa está a punto de aparecer, tal como se dice en Are the Jews an invented people?, de Eric Rouleau .

¿Qué viene a continuación?

El profesor Sand nos deja con la inevitable conclusión: los judíos contemporáneos no tienen un origen común y su origen semita es un mito. Los judíos no se originan en Palestina de ningún modo y, por lo tanto, su denominado "retorno" a su "tierra prometida" debe considerarse como una invasión ejecutada por un clan ideológico tribal.
Sin embargo, a pesar de que los judíos no constituyen una raza, por alguna razón parecen tener una orientación racial. Es de señalar que muchos judíos todavía consideran el matrimonio mixto como la mayor amenaza. Además, a pesar de la modernización y la laicidad, la mayoría de quienes se identifican como judíos laicos siguen sucumbiendo al ritual de la sangre, la circuncisión, un procedimiento religioso único en el que un Mohel, el ejecutante, chupa la sangre del circuncidado.
En lo que respecta a Sand, Israel debe convertirse en "un Estado de sus ciudadanos". Al igual que Sand, yo también comparto la misma visión utópica futurista. Sin embargo, contrariamente a Sand, considero que el Estado judío y los grupos de presión que lo apoyan han de ser ideológicamente derrotados. La hermandad y la reconciliación son ajenos a la visión del mundo tribal de los judíos y no caben en el concepto de resurgimiento nacional judío. Por muy terrible que suene, antes de que los israelíes puedan adoptar una noción moderna y universal de la vida civil será necesario un proceso de desjudeización.
No cabe duda de que Sand es un extraordinario intelectual, probablemente el pensador izquierdista israelí más avanzado. Representa la forma más elevada de pensamiento que un israelí laico puede alcanzar antes de retroceder o de incluso desertar al lado palestino (lo cual es algo que ha sucedido con unos pocos, yo incluido). Ofri Ilani, el entrevistador del Haaretz, dijo de Sand que contrariamente a otros "nuevos historiadores" que han tratado de socavar las asunciones de la historiografía sionista, "Sand no se contenta con retroceder a 1948 o a los principios del sionismo, sino que retrocede miles de años". Es así, contrariamente a los "nuevos historiadores", que "desvelan" una verdad que cualquier niño palestino conoce, es decir, la verdad de que están siendo objeto de una limpieza étnica, Sand erige un corpus de obra y pensamiento que busca la comprensión del significado del nacionalismo judío y de la identidad judía. Ésa es la esencia verdadera de la erudición. Más que reunir fragmentos históricos esporádicos, Sand busca el significado de la historia. Más que un "nuevo historiador" que busca un nuevo fragmento, es un auténtico historiador motivado por una tarea humanista. Contrariamente a algunos de los historiadores judíos que contribuyen al denominado discurso de izquierda, la credibilidad y el éxito de Sand se basan en sus argumentos más que en sus antecedentes familiares. Evita adornar sus argumentos con sus parientes que sobrevivieron al holocausto. Al leer los feroces argumentos de Sand uno debe admitir que el sionismo, con todos sus defectos, ha logrado erigir en el interior de sí mismo un discurso orgulloso y autónomo que es mucho más elocuente y brutal que la totalidad del movimiento antisionista en el mundo entero.
Si Sand tiene razón, y estoy convencido de que la tiene, los judíos no son una raza sino un colectivo de mucha gente ampliamente secuestrada por un movimiento nacional fantasmático tardío. Si los judíos no son una raza, no forman un grupo racial y no tienen nada que ver con el semitismo, el antisemitismo es, categóricamente, un significante vacío. Claramente se refiere a un insignificante que no existe. En otras palabras, nuestra crítica del nacionalismo judío, de los grupos de presión judíos y del poder judío sólo pueden concebirse como una crítica legítima de ideología y de práctica.
Lo repito de nuevo, no estamos y nunca lo estuvimos contra los judíos (el pueblo) ni tampoco contra el judaísmo (la religión); estamos contra una filosofía colectiva de claros intereses globales. Algunos pueden preferir llamarla sionismo, pero yo prefiero no hacerlo. El sionismo es un significante demasiado estrecho para comprender la complejidad del nacionalismo judío, su brutalidad, su ideología y su práctica. El nacionalismo judío es un espíritu y los espíritus no tienen fronteras bien delimitadas. De hecho, ninguno de nosotros sabe exactamente dónde termina la judeidad y dónde empieza el sionismo, de la misma manera que no sabemos dónde terminan los intereses israelíes y donde empiezan los intereses de los neocons.
En lo que respecta a la causa Palestina, el mensaje es devastador. Nuestros hermanos y hermanas palestinos están en la vanguardia de una lucha contra una filosofía devastadora. Pero está claro que no son sólo los israelíes, a quienes se enfrentan con valiente pragmatismo, quienes inician conflictos globales de escala gigantesca. Se trata de una práctica tribal que busca la influencia en los pasillos del poder y del superpoder. El American Jewish Committee busca una guerra contra Irán. Sólo para situarse en el lado seguro, David Abrahams, un "amigo laborista de Israel", dona dinero por delegación al Partido Laborista. Más o menos al mismo tiempo, 2 millones de iraquíes mueren en una guerra ilegal diseñada por alguien llamado Wolfowitz. Mientras que todo esto ocurre, millones de palestinos pasan hambre en campos de concentración y Gaza está al borde de una crisis humanitaria. Mientras esto ocurre, judíos "antisionistas" y judíos de izquierda (Chomsky incluido) insisten en neutralizar las críticas contra el AIPAC, el grupo de presión judío y el poder judío de Mearcheimer y Walt [15].
¿Es sólo Israel? ¿Es realmente sionismo? ¿O debemos admitir que es algo mucho mayor de lo que podemos contemplar dentro de las fronteras intelectuales que nos imponemos a nosotros mismos? Tal como están las cosas, carecemos del coraje intelectual para enfrentarnos al proyecto nacional judío y a sus muchos mensajeros en todo el mundo. Sin embargo, como todo es cuestión de invertir conciencias, las cosas van a cambiar pronto. De hecho, este texto ha sido escrito para probar que ya están cambiando.
Defender a los palestinos es salvar el mundo, pero para hacerlo hemos de tener suficiente coraje como para admitir que no se trata meramente de una batalla política. No es sólo Israel, su ejército o su dirigencia; no son tampoco Dershowitz, Foxman y sus ligas silenciadoras. Se trata de una guerra contra un espíritu canceroso que ha secuestrado a Occidente y, al menos de momento, lo ha desviado de su inclinación humanista y de sus aspiraciones atenienses. Luchar contra un espíritu es mucho más difícil que luchar contra gente, precisamente porque quizás sea necesario luchar primero contra sus huellas dentro de uno mismo. Si queremos luchar contra Jerusalén primero tendremos que confrontar a la Jerusalén que llevamos dentro. Puede que tengamos que situarnos frente al espejo y mirar alrededor. Puede que tengamos que buscar rastros de empatía en nuestro interior, si es que todavía nos queda alguno.

Notas
[1] When And How The Jewish People Was Invented?, Shlomo Sand, Resling 2008, p. 11.
[2] http://www.haaretz.com/hasen/spages/966952.html
[3] When And How The Jewish People Was Invented?, Shlomo Sand, Resling 2008, p. 31.
[4] Ibid, p. 31.
[5] Ibid, p. 42.
[6] Ibid.
[7] Ibid, p. 62.
[8] Ibid.
[9] http://www.haaretz.com/hasen/spages/966952.html
[10] When And How The Jewish People Was Invented?, Shlomo Sand, Resling 2008, p. 117.
[11] http://www.haaretz.com/hasen/spages/966952.html
[12] Ibid.
[13] Ibid.
[14] Ibid.
[15] http://www.lrb.co.uk/v28/n06/mear01_.html

Fuente:
http://palestinethinktank.com/2008/09/02/gilad-atzmon-the-wandering-who/
El ex judío Gilad Atzmon es músico, escritor y activista propalestino.
Manuel Talens es miembro de Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala

Fuente: lafogata.org


"Antisemita" la palabra fue acuñada en 1879 por el periodista Wilhelm Marr


Las fiestas religiosas judías de estos días aconsejan que observemos la mitad llena de la copa. En efecto: es frecuente señalar que, objetivamente, en la Argentina se agazapan sectores que hierven de prejuicios judeofóbicos. Estos sectores han legado frutos repugnantes, como la Semana Trágica, en 1919; diversas agresiones antisemitas, y el arraigo de la discriminación contra otros "diferentes" por causa de su fe, origen, etnia, idioma, costumbres o clase social.

No olvidemos que antes de la Segunda Guerra Mundial ya habíamos empezado a sufrir la contaminación nazi. Las "leyes raciales" de Hitler, decidido a convertir a los judíos en cucarachas que debían ser exterminadas en Alemania y en el mundo para obtener una maravillosa higiene ( Judenrein , "limpio de judíos"), no sólo sirvieron para humillar a millones de personas y descalificarlas impiadosamente, sino para activar la más sistemática y colosal industria de la muerte, que fue el Holocausto. Se empezó por la deslegitimación y se llegó al genocidio.

En 1935, se fundó la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) para enfrentar la campaña antisemita, que fogoneaba la embajada de Alemania nazi con el apoyo de los fascistas locales. Desde el comienzo, obtuvo el apoyo de casi todas las personalidades democráticas de nuestro país. Pero otros, que también se creían democráticos, sin advertir las bacterias de odio que los trastornaban, pusieron palos en la rueda. La DAIA, desde sus inicios, comprendió que el rechazo a los judíos es el aperitivo de otros rechazos. Y se esmeró en tender puentes para que su lucha abarcase todo tipo de discriminación.

Esta tarea continúa hasta el presente, como puede advertirse en sus serios informes anuales. El último fue presentado el 23 de septiembre en la Biblioteca Nacional. La DAIA tiene los méritos de haber bregado por el fortalecimiento del tejido social argentino y de ser la contundente precursora del Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo).

Nadie se confunde con la palabra "antisemita". Su etimología remite a un hijo de Noé llamado Sem, antepasado mítico de todos los pueblos de Medio Oriente, pero se sabe que se refiere exclusivamente a los judíos. No se llama antisemita a quien profesa prejuicios contra los árabes, los kurdos o los drusos. Sólo contra los judíos.

La palabra fue acuñada en 1879 por el periodista Wilhelm Marr, en su libro Zwanglose Antisemitische Hefte . Ese mismo año, Wilhelm Scherer lo siguió y usó el término Antisemiten en el diario vienés Neue Freie Presse. Martilló con él en un panfleto que exhortaba a la hostilidad contra los judíos, sin apelar a connotaciones religiosas, como venía ocurriendo desde hacía centurias. Fue una novedad maligna, que produjo graves consecuencias. La obra de Marr, publicada en Berna, tuvo mucho éxito (doce ediciones en un solo año) e inspiró la fundación de la Liga de los Antisemitas.

La atmósfera nacionalista que predominaba en Europa facilitó que los judíos fueran estigmatizados como un pueblo "apátrida", ajeno al resto de la nación y, en consecuencia, un potencial enemigo. De ahí a convertirlo en raza maldita, inferior y perversa, sólo quedaba el paso que dio Hitler.

Es asombroso cómo se proyectan en los judíos todas las patologías, de la misma forma que desde hace milenios. Se les atribuyen conspiraciones, horrendos crímenes y planes siniestros. Son el "pueblo maldito" que aspira a dominar el mundo. Con una diferencia, sin embargo: los antisemitas no dicen que esos vitriólicos ataques apuntan contra los judíos reales, porque suena políticamente incorrecto. Suelen enfatizar que tienen un amigo judío. Pero en medio de la diatriba se les escapa la palabra "judío" con una carga de animadversión imposible de ocultar.

Sólo en 2007 se han registrado 348 actos antisemitas en la Argentina, según fuentes periodísticas, los departamentos de asistencia comunitaria y jurídica de la DAIA y los datos del Inadi. La cifra debe de ser superior, desde luego, porque muchos ataques no se denuncian. Hay una disminución respecto de 2006, cuando habían llegado a 586. En su mayoría, se trató de agresiones diversas, pintadas contra instituciones educativas, sociales y religiosas, violación de cementerios, golpizas a personas de diverso sexo y edad, distribución de publicaciones y difusión de programas radiales que instigan al odio y la demonización.

Sin embargo, debemos también mirar la mitad llena de la copa, como dije al principio. Muchas de las vilezas han sido identificadas, procesadas y sancionadas. Como ejemplo, cito un fotolog que subía a Internet imágenes de vecinos judíos, a los que se adicionaban insultos y amenazas. El creador se llama A.G. (utilizan sólo sus iniciales para no condenarlo en exceso) y fue llevado a juicio. El imputado se vio obligado a manifestar sus disculpas y le fue concedida una probation (suspensión del proceso penal a prueba de buena conducta), por lo cual debe realizar cursos sobre discriminación en el Inadi o el Museo del Holocausto y donar una compensación a una entidad benéfica.

La Nación


Historia milenaria Jordania




Jordania: historia milenaria y visión integradora

Ulises Canales

Asiento de tribus y civilizaciones que le legaron una historia milenaria, Jordania se distingue hoy por su vocación pacifista en el Medio Oriente y una visión integradora que va más allá de su entorno geográfico.

El hecho de albergar en su actual territorio sitios y vivencias sagradas para cristianos, judíos, musulmanes y otros pueblos, quizás sirva de explicación al ambiente de paz, estabilidad y fraternidad que a primera vista deslumbra a quienes llegan allende fronteras.

Ubicado en la histórica región del Creciente fértil, los anales hacen referencia a este país desde alrededor de 2000 (a.n.e.), cuando los amoritas semíticos se establecieron en las márgenes del río Jordán en el área conocida como Canaán, de amplia mención en la Biblia.

Con posterioridad, hititas, egipcios, israelitas, asirios, persas, babilonios, griegos, nabateos, romanos, árabes, cruzados cristianos, mamelucos y turcos otomanos, integraron la extensa lista de culturas y credos que a la postre parieron al país que se conoce hoy.

La Jordania actual fue fundada por el rey Abdalá I después de la I Guerra Mundial y desde entonces, su hijo, el rey Hussein, y su nieto, el hoy monarca Abdalá II, procuraron dotarla de un protagonismo en el Levante que es bien reconocido, aunque no estuvo exento de polémicas.

Si bien a lo interno resultó menos traumático conciliar el respeto por la vasta y antiquísima cultura con la ultramodernidad palpable en su capital, Ammán, a lo externo varios vecinos árabes criticaron en su momento el pacto de paz suscrito con Israel, en octubre de 1994.

La antigua Transjordania (como se llamó hasta 1950) y Egipto son los únicos países árabes que tienen nexos diplomáticos con el estado judío, un paso controversial, pero percibido aquí como una cuestión de seguridad y premisa para la estabilidad y el despegue económico.

Por demás, el hecho de albergar a la mayor comunidad de refugiados palestinos, de alentar conversaciones de paz entre éstos y los hebreos, y de ser interlocutor válido en procesos negociadores de la zona, han afincado el protagonismo de este pequeño país.

Y es que, amén de su efervescente crecimiento económico –palpable en el sector de la construcción y las inversiones foráneas-, el Reino hachemita se identifica como árabe e islámico, y sus autoridades muestran particular cuidado de actuar en consecuencia.

Datos oficiales indican que más del 92 por ciento de los jordanos son musulmanes sunnitas y seis por ciento es cristiano, la mayoría de los cuales pertenece a la Iglesia ortodoxa griega.

También coexisten en el país pequeñas comunidades de católicos romanos, ortodoxos sirios, coptos, armenios, algunas denominaciones protestantes, y reducidos grupos de musulmanes chiitas y drusos.

Sin dudas, la veneración que se tributa por igual a reliquias de alto significado para las tres religiones monoteístas de la región sustenta el valor que la monarquía jordana concede a la diversidad y tolerancia étnica y religiosa de su población.

Sin embargo, sus autoridades aseguran que, además de buscar mayor acercamiento a su entorno natural, al país le interesa consolidar sus nexos económicos y comerciales con Europa y Estados Unidos, pero mira con particular interés hacia América Latina.

Esa región al otro lado del Atlántico es apreciada como zona emergente con la que Ammán aspira a identificar en breve áreas para concertar estrategias de cooperación económica, política y cultural.

mgt/ucl

Hamas y Al Qaeda






Las perspectivas de radicalización en los Territorios Palestinos Ocupados
Hamas y Al Qaeda

Foro de conflictos: Beirut - Londres – Washington

Traducido por Anahí Seri


Resumen: El auge del Movimiento de Resistencia Islámico , Hamas, en los Territorios Palestinos Ocupados de Cisjordania y Gaza representaron un desafío para Israel y para Occidente. Israel, los EEUU y la Unión Europea han respondido a este desafío sin ser capaces de distinguir entre Hamas y otros movimientos y redes islamistas más radicales. Esta política, que incluye sanciones económicas y políticas, amenaza ahora con radicalizar la sociedad palestina, empujando a los partidarios de Hamas a los brazos de Al Qaeda y otras organizaciones salafistas. ¿Qué perspectivas hay de que, si el programa política de Hamas fracasa debido a estas sanciones, la población palestina se vuelque en unos grupos islamistas más radicales?

Introducción

Desde los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 en los EEUU, hay una fuerte tendencia en la mayoría de los círculos políticos dominantes en Occidente, así como en gran parte de los medios de comunicación occidentales, de pintar a todos los movimientos islamistas como si se situaran en la misma zona del espectro político: Hamas, los Hermanos Musulmanes, Hezbolá y Al Qaeda se describen en los mismos términos. El ejemplo más reciente y pertinente está relacionado con Hamas, el Movimiento de Resistencia Islámico. Israel, así como sus aliados y partidarios más poderosos de Occidente han hecho grandes y continuados esfuerzos por retratar a Hamas y a Al Qaeda como grupos políticos indistinguibles el uno del otro, y de este modo prácticamente pasan por alto las diferencias fundamentales entre ambos movimientos.

Estos esfuerzos han hado un resultado significativo, sobre todo en América del Norte, donde el ambiente político general (así como las posturas oficiales de los principales partidos políticos estadounidenses y canadienses) es tradicionalmente pro israelí y anti palestino. Aún así, Europa no se queda muy atrás de los EEUU a la hora de promover este punto de vista. Siguiendo el ejemplo de los EEUU, la Unión Europea, la UE, finalmente decidió clasificar a Hamas como organización terrorista y, tras los altercados civiles en Gaza en junio de 2007, la UE siguió la política americana y atenazó a los palestinos de Gaza con un embargo económico, en un intento de que abandonaran la lealtad al liderazgo de Hamas en Gaza. Si bien los esfuerzos han fallado mayormente, amplios sectores de Occidente, entre ellos gran parte de los medios de comunicación occidentales, mezclan a Hamas sistemáticamente con el “Islam yihadista fundamentalista”: con Al Qaeda.

En los territorios palestinos ocupados y en casi todo Oriente Medio, se tiene en general la idea de que el objetivo final de Israel al demonizar a Hamas, al identificarlo como una organización indistinguible de Al Qaeda, es promover la impresión pública de que el problema palestino es ante todo un problema de terrorismo. El gobierno israelí, y sobre todo los partidos muy conservadores que constituyen el ala derecha de la actual coalición de Olmert, han mostrado particular empeño en convencer al mundo de que la ocupación continuada de territorios palestinos por parte de Israel no es una elección, sino una necesidad, como parte esencial de la “guerra contra el terrorismo” de Israel, orientada hacia Occidente. De hecho, los dirigentes de estos partidos de derechas ahora afirman habitualmente que el problema palestino tiene poco o nada que ver con una auténtica lucha de un pueblo oprimido por liberarse de una ocupación militar extranjera. La impresión con la que uno se queda es que si no fuera por el terrorismo, la ocupación israelí de los territorios palestinos acabaría mañana.

Los dirigentes políticos de Israel calculan que al difamar a Hamas relacionándolo con Al Qaeda harán que Occidente se pliegue al punto de vista israelí, a saber, que en lo que respecta a Palestina, se debería dar prioridad a combatir el terror, no a acabar con la ocupación. La idea, bastante simple, es que si quieres vencer a tu enemigo, haces que sea lo más odioso posible. Identificar a Hamas con Al Qaeda, probablemente el grupo político – ideológico más odiado actualmente en el mundo, hace que eso sea posible, y hace defendible el que Israel continúe ocupando los territorios palestinos. Así pues, la pieza clave de la ocupación israelí, el que está “combatiendo el terrorismo” ha ganado amplia aceptación en los círculos neoconservadores de los EEUU y en gran parte de Europa, especialmente entre quienes apoyan a Israel con mayor entusiasmo.

Sin embargo, los palestinos, al igual que muchos árabes y musulmanes, sostienen que el Movimiento de Resistencia Islámico y Al Qaeda son, de hecho, dos organizaciones muy distintas, y el no hacer distinción entre ellas supone distorsionar la realidad. En efecto, las discusiones, a menudo enconadas, entre quienes apoyan a estas organizaciones, sobre todo en los sitios web árabes, ponen de manifiesto las diferencias fundamentales que existen entre ellas. En el presente artículo se detallarán las diferencias entre los dos movimientos, subrayando las diferencias fundamentales así como los aspectos ideológicos y políticos en los que divergen, y luego se propondrá una forma de llevar a cabo un programa que conduzca a su diferenciación. La monografía que se presenta es resultado de una investigación pormenorizada de las raíces de ambos movimientos, y de los debates sobre el terreno con sus adherentes.

Hamas frente a Al Qaeda

Hay numerosas diferencias fundamentales, ideológicas y políticas, entre Hamas y Al Qaeda, de las que el lector occidental medio sabe muy poco. En lo que respecta a la ideología, Hamas ha adoptado y promueve la escuela de pensamiento relativamente moderada que abraza Harakat al-Ijwan al Muslimun, los Hermanos Musulmanes, que aboga por utilizar medios pacíficos, y no violentos, para conseguir un cambio en las sociedades musulmanas. 1 Por el contrario, Al Qaeda adopta una escuela de pensamiento denominada “Madrasat al Fikr al Salafi al Yihadi”, o “Escuela de la ideología salafista combativa”, un programa que no casa en absoluto con el que adoptan organizaciones de Los Hermanos Musulmanes como Hamas. Hay que señalar que los seguidores de Al Qaeda son “salafistas”; una persona es un “salafi” si sigue o se inspira en una copia literaria de la práctica de la primera comunidad de creyentes, conocidos por el nombre de “Tabi’in”.2

Hamas cree que el Islam debe aplicarse de forma exhaustiva en todos los ámbitos de la vida: en el sistema de creencias de una persona, y en la política, economía, educación, el derecho, las artes y los medios de comunicación de una sociedad. La creencia en la “aplicación exhaustiva del Islam en todos los ámbitos de la vida” es lo que los Hermanos Musulmanes de Palestina y de otros lugares del mundo árabe llevan predicando e intentando aplicar desde hace décadas, con más o menos éxito. Este programa entra en franca contradicción con el programa de Al Qaeda, quienes han adoptado un programa de Yihad armada como único modo de funcionamiento. Al Qaeda presta poca o nula atención a la idea de reformar las sociedades desde dentro y no toma en consideración que pueda ser eficaz transformar las sociedades por medios pacíficos.3

Hamas adopta un principio gradual, tanto por lo que respecta a la creación de una sociedad y un estado islámico, como a la liberación de las tierras musulmanas ocupadas. Hamas defiende su posición y sus creencias citando con claridad unas políticas defendibles derivadas del Corán, donde se defiende extensamente un principio gradual. El concepto de “hudna” (un alto al fuego con el enemigo a fin de lograr un programa de victoria política) se deriva de las propias tácticas del Profeta durante sus conflictos con los paganos de Meca. Al Qaeda, por el contrario, rechaza de plano esta metodología, y descarta el concepto de tregua o coexistencia con el “enemigo”, afirmando, bien que es incompatible con la Sharia, bien que es inapropiada para la causa del Islam.4

Hamas cree en los principios de la participación política y en que se lleven a cabo cambios a través de una intervención directa en el sistema político. Hamas ha demostrado su fidelidad a este principio presentando a candidatos y participando en las elecciones nacionales palestinas, así como en las municipales y de distrito. El proceso de gobierno interno de Hamas también refleja su compromiso con los principios rectores democráticas, y los funcionarios de Hamas deben mantener unos estándares fijados por los grupos de electores que son representativos de una estructura política de base amplia. Al Qaeda, por otra parte, prohíbe explícitamente toda participación en elecciones parlamentarias o de otro tipo argumentando que estos consejos están gobernados por Kufar; en otras palabras, que son no musulmanes. Además, Al Qaeda considera que todos los regímenes árabes son “kufriya” o infieles, pues trafican con regímenes o gobiernos que son representativos o que, de acuerdo con la ideología de Al Qaeda, son ellos mismos “no creyentes”.

En un sentido muy específico y localizado, Hamas aplica sus creencias y principios a su conflicto con Israel. Hamas cree que el conflicto con Israel debería ceñirse al teatro palestino (las tierras palestinas e Israel propiamente dicho) por razones tácticas, organizativas, pragmáticas y militares. Siguiendo este principio, el Movimiento de Resistencia Islámico jamás ha atacado deliberadamente a extranjeros en ninguna de sus acciones militares. Por el contrario, Al Qaeda cree que el mundo entero debería ser el teatro de la Yihad contra los enemigos del Islam, y no solamente los no musulmanes. Al Qaeda ha actuado según este principio, atacando tanto a musulmanes como a extranjeros en toda la región y todo el mundo.

Hamas rechaza al-Manhaj al Takfiri, la doctrina de juzgar a los contrarios como no creyentes o apóstatas, y no permite que se le obligue a considerar los regímenes árabes musulmanes como no islámicos, como Kafr. En vez de ello, el movimiento intenta establecer relaciones positivas con todos los estados árabes y musulmanes sobre la base del respeto mutuo, y en general se abstiene de intervenir en sus asuntos internos. Sin embargo, Al Qaeda atribuye la apostasía a casi todos los regímenes y gobiernos árabes que existen, y no ve la necesidad de establecer relaciones con ellos, por consideraciones religiosas y prácticas. Además, Hamas rechaza el principio de usar la violencia contra las sociedades árabes y musulmanas5, y se opone al derrocamiento de estos regímenes simplemente con el fin de establecer una autoridad política islámica. Hamas dice que cree en la santidad e inviolabilidad de la sangre musulmana (y humana), salvo en caso de defensa propia. El programa y la estructura de creencias de Al Qaeda difieren mucho en este punto. Al Qaeda permite el uso de la violencia contra regímenes y gobiernos árabes y musulmanes, así como todos los que se asocian con ellos, basándose en que estos gobiernos son no islámicos o anti islámicos y gobiernan a los pueblos musulmanes por la fuerza.

Al Qaeda cree en la doctrina denominada “tamatrus”, que permite a sus combatientes matar a los musulmanes en el contexto de la lucha contra el enemigo, especialmente si estos musulmanes están casualmente en las proximidades de una acción militar prevista. Esta doctrina explica por qué se mata a grandes números de musulmanes en los bombardeos llevados a cabo por fuerzas de Al Qaeda en Iraq, Jordania y Egipto. Al Qaeda sostiene que conforme a la “doctrina tamatrus” sus acciones son defendibles, pues todos los civiles musulmanes que mueren en estas acciones Irán al cielo, en función de sus intenciones y su fe. Si bien Hamas distingue atentamente entre los gobiernos occidentales hostiles y los ciudadanos de estos países, Al Qaeda no hace tal distinción, en la creencia de que los gobiernos no musulmanes, sus ejércitos y sus ciudadanos normales son todos un blanco legítimo para sus operaciones militares. En resumen, Hamas cree que las diferencias de doctrina, religión y de otro tipo, incluida la no creencia en el Islam, no constituyen una base moral para la guerra contra los no musulmanes, y además, que el conflicto sólo lo justifica la presencia de opresión y agresión por parte de un enemigo que ataca a los musulmanes6.

Hamas también reconoce y calcula el actual equilibrio de poder en sus luchas y hace todo lo que puede por retener sus medios de resistencia y sobrevivir como movimiento. El Movimiento de Resistencia Islámico está orgulloso de su independencia, del lugar que ocupa en cuanto fuerza política central en la lucha palestina, más amplia, para acabar con la ocupación israelí. En este sentido, Hamas no ve nada malo en el hecho de establecer alianzas temporales, incluso sociedades, con el fin de crear una apariencia de equilibrio con el enemigo. Hamas tiene una política táctica basada en la neutralización del máximo número posible de enemigos potenciales, e intenta establecer relaciones amistosas con el máximo número posible de amigos potenciales.7 Al Qaeda se preocupa mucho menos de configurar alianzas o de construir un movimiento de consenso, puesto que el objetivo primario es la propia Yihad, no necesariamente la victoria. Para Hamas, la Yihad (el combate) es un medio, no un fin en si mismo, mientras que para Al Qaeda la Yihad es el objetivo y una forma de expresión primordial para el auténtico individuo musulmán.

Castigar a Hamas

Con anterioridad a las elecciones legislativas de 2006 en los territorios palestinos ocupados, Al Qaeda alabó a Hamas por su “Yihad” contra Israel y también por rechazar los Acuerdos de Oslo. Pero el tono de Hamas empezó a cambiar de forma apreciable después de que el Movimiento de Resistencia Islámico anunciara que participaría como partido político en las elecciones parlamentarias palestinas de enero de 2006. Un año más tarde, en febrero de 2007, cuando Hamas y Fatah firmaron el Acuerdo de Meca con la mediación saudí, Ayman al Zawahiri, el segundo de Al Qaeda, castigó a Hamas por sacrificar la Sharia a cambio de un acuerdo con los laicistas.

La condena de Hamas por parte de Zawahiri es un símbolo del profundo desacuerdo entre Al Qaeda y el Movimiento de Resistencia Islámico: “Pido a los dirigentes de Hamas, en primer lugar, que no se aparten de las normas de la Sharia, y de aceptar participar en elecciones solamente sobre la base de una constitución islámica. Y en segundo lugar les pido que si tienen la opción entre abandonar el gobierno y abandonar Palestina, que se abstengan del gobierno, que se aferren a Palestina y elijan la Yihad y la resistencia en vez de un tercio de los escaños en los consejos municipales de Gaza y Ramala.”8

La condena de Hamas por parte de Zawahiri tenía por objetivo situar a Hamas fuera de la comunidad de creyentes. Concluyó su condena haciendo notar que, desde su punto de vista, “la cultura de concesiones y la metodología de dar marcha atrás daba frutos malvados, y los dirigentes de Hamas estaban dispuestos a participar en una agresión contra los derechos de la Umma musulmana en Palestina. Pido a todos los musulmanes que miren este mapa para apreciar la fealdad del crimen en el que participaron los dirigentes de Hamas”.9

Además de esta condena, Zawahiri acusó a Hamas de formar parte del “consenso” árabe oficial que “se rinde ante América”, afirmando que aquellos árabes que venden las tierras de la nación musulmana reprimen la Umma musulmana en la misma medida que los americanos y sus aliados sionistas. Estos movimientos y dirigentes, señaló Zawahiri, están en el bando de los cruzados; son tan enemigos del Islam como los bárbaros. “Se han convertido realmente en parte de ese odiado consenso que oprime nuestra Umma.”10 Zawahiri también denunció a Hamas por el acuerdo de formar un gobierno de unidad nacional con Fatah: “¿Dónde está esa patria en torno a la cual se han unido? ¿Dónde está la Palestina de 1948, la Palestina enterrada en el cementerio del olvido? ¿Han abandonado a su pueblo? ¿Los han entregado a los judíos? No les voy a preguntar dónde está Chechenia, dónde Cachemira, Iraq, Somalia. Más bien les preguntaré, ¿dónde está Galilea? ¿Dónde está Akka, Jaffa, Haifa? ¿A quién se las han entregado? ¿A Mahmoud Abbas, América e Israel? ¿Y por cuánto las han vendido? ¿Por un tercio del gabinete con una cuarta parte de la soberanía sobre una décima parte de la patria?”11

En septiembre de 2007, otro líder de Al Qaeda se explayó con Hamas por abandonar la Yihad y desviarse de la Sharia. “Advertimos a algunos de los grupos islámicos, entre ellos Hamas, que están arriesgando la sangre de sus hijos.... que limpien y purifiquen su Yihad de los contaminantes contemporáneos”, dijo Abu Yahia al-Libi en una grabación de vídeo de 90 minutos.12 “El patriotismo, el nacionalismo, la unidad compartida, los intereses supremos de otros eslóganes . . . Nada de esto tiene su lugar en la religión de Alá el Glorioso y el Grande.”13 Hamas no respondió públicamente a la denuncia de Al Qaeda, pero en julio de 2007, el líder de Hamas Jalid Mashal hizo una defensa de la posición de Hamas, respondiendo directamente a Ayman al-Zawahiri : “Que Dios le perdone, no voy a responder a sus críticas ... No vamos a perder la compostura. Pero afirmamos que no seremos desagradables u hostiles con aquellos a quienes odian América e Israel. Tenemos confianza en nosotros mismo y nuestras decisiones, y le decimos a Zawahiri: No seas duro con Hamas, que ha sacrificado muchos mártires, incluso sus propios dirigentes; Hamas es un movimiento auténtico que no traiciona los derechos de nuestro pueblo, y que sigue la línea de los precursores e intenta liberar nuestros santos lugares mediante la resistencia.”14

Los portavoces de Hamas y los sitios web de los territorios ocupados fueron más explícitos que el líder de Hamas. “Aconsejamos a Zawahiri que no intente pujar más alto que Hamas”, se dijo en el editorial de una web prominente. “Todos, y todos los musulmanes saben qué es Hamas. Le decimos “ahlo Makkata Adra bi-shi’abiha” (las gentes de Makka son quienes mejor conocen los valles de Makka). Esta afirmación fue un mensaje claro de que Hamas pensaba que ellos, y no Al Qaeda, estaban en el lugar más adecuado para juzgar las complejidades políticas de la situación palestina. 15

Presionar a Hamas, apoyar a Al Qaeda

Mientras la presión occidental sobre el Movimiento de Resistencia Islámico, que ha alcanzado proporciones draconianas, sobre todo en la Franja de Gaza, no ha dado lugar a una implosión del movimiento ni a un descenso significativo de su popularidad, tanto Israel como Al Qaeda aparecen como los dos principales beneficiados de los horizontes políticos, cada vez más estrechos, a los que está abocado el movimiento. Israel se beneficia de los ataques de Al Qaeda sobre Hamas porque ha ayudado a enraizar el Movimiento de Resistencia Islámico como parte de una batalla más amplia entre “judíos y cruzados”. La conjunción de los objetivos de Hamas y Al Qaeda beneficia a Israel en la misma medida que un enfrentamiento entre los dos grupos.

De hecho, una presencia efectiva de perfil alto de Al Qaeda en los territorios palestinos ocupados proporcionaría un valor propagandístico sin precedentes para el estado judío, el cual beneficiaría a Israel. La aparición de Al Qaeda en Cisjordania o Gaza brindaría al estado judío una excusa preparada, plausible y eficaz para adoptar medidas aún más draconianas contra la población palestina. Una fuerte presencia de Al Qaeda en los territorios ocupados serviría de pretexto para que Israel incrementara la intensidad de su ocupación, y aumentaría el apoyo a Israel en Occidente, donde la “lucha contra el terrorismo” es una baza superior a la crítica de Israel como potencia de ocupación. En estas circunstancias, la defensa de la ocupación de Israel sería una conclusión decidida ya de antemano; sería una necesidad aún mayor de lo que es en la actualidad. El cálculo de Israel de que el extremismo convierte en aceptable su ocupación, no puede descartarse sin más; incluso en periodos especialmente tranquilos, Israel mantiene su presencia en Cisjordania y sus ataques en Gaza, a fin de adelantarse a las actividades terroristas, y rara vez se el exige que aporte pruebas de que sus acciones militares son necesarias.16

¿Es posible que el continuo ahogamiento del Movimiento de Resistencia Islámico, el embargo económico y político que se ha puesto en pie, empuje al movimiento a los brazos de Al Qaeda? Ninguno de los dirigentes islamistas palestinos que ha entrevistado el autor de este texto ha sugerido que el propio Hamas se llegaría a convertir en una rama de Al Qaeda o que Jalid Mashal e Ismail Haniya se transformarían repentinamente en copias calcadas de Osama bin Laden y Ayman al Zawahiri. Todo lo contrario: los dirigentes de Hamas, muy disciplinados, han trazado una trayectoria política contraria a la de Al Qaeda, y haría falta un suceso extraordinario para que este punto de vista se modificara. Pero no se puede decir lo mismo de los miembros de a pie de Hamas, según los observadores de la sociedad palestina. De acuerdo con Hani al-Masri, un conocido analista político palestino, se podría dar una situación verosímil en la que “muchos, tal vez miles de activistas originarios de Hamas se unen a células de Al Qaeda desencantados de la incapacidad de Hamas de alcanzar sus objetivos políticos: cuando llegaran a la conclusión de que los modos de Hamas son fútiles y no llevan a ningún sitio, esta gente querría apuntarse a las organizaciones más extremistas”, en boca de Masri.17

A la pregunta de por qué los partidarios de Hamas no se apuntan ahora a Al Qaeda, sobre todo en vista de los esfuerzos de Israel y EEUU de destruir el movimiento, Masri afirmó que Hamas tiene ahora la fuerza suficiente para defenderse de estos ataques y, además, que constituye la principal garantía contra la “proliferación de Al Qaeda en Palestina.”18 Masri, quien ha escrito mucho sobre Hamas en la prensa local árabe palestina, describe a aquellos que piensan que Hamas seguirá siendo el garante y baluarte contra la proliferación de Al Qaeda como “soñadores” e “ignorantes”. Señala: “Esta gente debería saber que Hamas, al igual que el resto de los movimientos y facciones políticas palestinas, no son una constante en la vida política palestina. Son una variable, un medio para conseguir un fin y el fin es la liberación de la ocupación israelí. Así pues, si Hamas no consigue alcanzar ese fin, la libertad para el pueblo palestino, esta gente simplemente se apartaría de Hamas y se uniría a otro movimiento. Y es Al Qaeda, y no los grupos laicos como Fatah o las facciones izquierdistas, quien sería la alternativa más atractiva para unos partidarios de Hamas enfadados y frustrados.”19

Es interesante que Masri señalara que, en caso de que el programa político de Hamas se viera como un fracaso, o que ningún partido político palestino considerara alcanzables las perspectivas de paz, la palestra palestina se convertiría en suelo fértil para todo tipo de organizaciones extremistas, no sólo Al Qaeda, dado que muchos palestinos, creyentes y no creyentes, pensarían que no tendrían nada que perder por participar en un programa de militancia amplia y sin compromisos. ¿Pero cómo podría una situación así materializarse en términos prácticos? Algunos intelectuales palestinos, como Agdul Sattar Qassem, catedrático de ciencias políticas en la Universidad Nacional de Najah en Nablus, en el norte de Cisjordania, creen que Al Qaeda ya está adentrando en los territorios ocupados.

“Ya se está materializando”, dice Qassem. “EEUU, Israel y el mundo árabe están imponiendo un bloqueo hermético en la Franja de Gaza, reteniendo los impuestos palestinos, impidiendo que los palestinos accedan a los alimentos y al trabajo y estrangulando la Franja de Gaza de una manera sin precedentes desde el gueto de Varsovia. Así pues, tal vez no sea más que cuestión de tiempo para que la gente se torne suicida. Y la tendencia al suicidio es ahora un síndrome colectivo que afecta a miles, si no a decenas de miles de jóvenes palestinos.” Qassem continúa así: “ No estoy diciendo que decenas de miles de jóvenes palestinos vayan a suicidarse de repente o vayan a convertirse en terroristas suicidas como reacción a la política israelí – americana de limitar sus horizontes y condenarlos a una claustrofobia sin fin. Pero está claro como el agua que muchos de ellos, probablemente la mayoría, se radicalizarán y se unirán a Al Qaeda.”

Le pregunté a Qassem por qué la juventud palestina no habría de seguir una trayectoria diferente; por qué, por ejemplo, no habrían de alistarse a Fatah en vez de a Al Qaeda. “Algunos de ellos puede que se alisten a Fatah”, respondió, “pero la gran mayoría no lo hará, porque no les atrae la forma de pensar y el comportamiento de Fatah. Esta gente es creyente y les han inculcado bien la doctrina religiosa, y sería difícil que se alistaran a Fatah y mantuvieran su religiosidad.”20 En respuesta a la pregunta de cómo pensaba que Hamas se comportaría en estas circunstancias, señaló: “Hamas se preocuparía de la tarea de la mera supervivencia, y probablemente dedicaría su tiempo y energía, no a la política, sino a servicios de caridad, educativos y civiles.”21

No se puede descartar la posibilidad de que Israel, por sus propias razones estratégicas, tenga interés en que Al Qaeda se establezca en los territorios ocupados. Mientras algunos comentaristas israelíes responden tajantemente que esto no es el caso, las políticas israelíes están polarizando el entorno político palestino hasta el punto de que la perspectiva de que Al Qaeda se establezca en la Franja de Gaza o en Cisjordania puede ser más que una posibilidad remota. En caso contrario, ¿por qué habrían de continuar con la estrategia de aislar a Hamas sin fortalecer al mismo tiempo a Fatah? Las políticas israelíes de hecho están sirviendo para afianzar el extremismo; Israel está combatiendo a Hamas golpeando su infraestructura civil y política, encarcelando a sus activistas y dirigentes políticos (incluidos los diputados y ministros del gabinete) y cerrando sus instituciones y servicios caritativos.

Estas tácticas contraproducentes no tienen significado para Al Qaeda, quien presta poca atención a la opinión pública y no tiene nada que perder en términos de aparato civil, puesto que carece de él. Así, Al Qaeda atacaría los objetivos civiles israelíes con mayor libertad y audacia que Hamas, recurriendo a bombardeos suicidas. Algunos activistas islámicos palestinos predicen que, en caso de que Al Qaeda lograra establecerse en los territorios palestinos ocupados, no se atacaría sólo a los israelíes sino también a los palestinos, incluido Hamas. “Estamos hablando de una organización nihilista que cree en un enfrentamiento abierto hasta el Día del Juicio Final” señaló un dirigente de Hamas. “Al Qaeda considera enemigos que hay que liquidar a todos aquellos que se oponen a su ideología o difieren de ella. Yo ni siquiera excluiría la posibilidad de que Al Qaeda hiciera estallar coches bomba en el núcleo de las ciudades palestinas para sembrar el terror en el corazón de quienes puedan atreverse a oponerse a sus formas.”22

Es cierto que la gran mayoría de los palestinos, sobre todo en Cisjordania, no son propensos a adoptar la mentalidad de Al Qaeda. Sin embargo, este punto de vista, en particular entre los partidarios de Hamas más jóvenes, podría transformarse si la presión occidental o israelí sobre el pueblo palestino, y especialmente sobre Hamas, sigue empujando a los palestinos a cometer actos más extremos. La opinión de que Al Qaeda podría salir reforzada de la acción israelí se refleja en las declaraciones de un dirigente veterano de Hamas de la región del norte de Hebrón. Dice que en un mundo de lobos y tigres, hay que ser un lobo o una serpiente hábil y venenosa para sobrevivir. “Israel no quiso firmar la paz con Jordania después de la guerra de 1967 y se encontró con la OLP; Israel no quiso llegar a una genuina paz con la OLP y Arafat, se encontró con Hamas, e Israel se niega a hacer las paces con Hamas y si esta política continua, entonces lo más probable es que se encuentre con Al Qaeda. Y Al Qaeda no conoce más que un lenguaje, matar y morir”, dice.23

La presencia de Al Qaeda en Palestina

Cuando habla con los medios de comunicación extranjeros, la Autoridad Palestina, incluyendo tanto a Fatah como a Hamas, sistemáticamente descartan la presencia de Al Qaeda en los territorios palestinos ocupados tachándola de “insignificante” y “casi inexistente”. Un argumento que se utiliza con frecuencia es que el Islam palestino es moderado y que la sociedad palestina es históricamente tolerante y culturalmente diversa, sobre todo debido a la existencia de una minoría cristiana importante, aunque en descenso, y a los contactos culturales de los palestinos con Occidente a lo largo de la historia. Si bien estas afirmaciones no carecen de validez, no se pueden dar por supuesto.

En mayo de 2007, y tras una serie de ataques a cibercafés, unos pistoleros pertenecientes a Al Qaeda atacaron una celebración escolar en Rafah al sur del la Franja de Gaza, matando a una persona e hiriendo a cinco. Los atacantes, que aún no han sido aprehendidos, no hicieron declaraciones sobre la motivación de su ataque, pero si se les preguntara, seguramente intentarían justificar su ataque basándose en que la celebración entrañaba una mezcla “inmoral” de chicos y chicas adolescentes. El ataque a la celebración escolar dio lugar a respuestas airadas procedentes de todo el espectro palestino. Fue el primero de esta índole. A lo largo de los últimos años, se sospecha que Al Qaeda o sus seguidores han llevado a cabo una serie de ataques sobre cibercafés y al menos una iglesia en el centro de Gaza. Además, el propietario cristiano de una librería, también en Gaza, fue asesinado en octubre de 2007 por unos asesinos desconocidos que presumiblemente pertenecían a Al Qaeda.

El ataque sacudió a la sociedad palestina y, durante un tiempo, unió a todas las corrientes políticas en un único acto de condena. Hamas condenó el crimen con firmeza, se comprometió a detener a quienes lo perpetraron y expresó su solidaridad con todos los puntos de vista religiosos presentes en la sociedad palestina: “Las relaciones entre musulmanes y cristianos palestinos son demasiado fuertes como para que se vean afectadas por este crimen cometido por un grupo criminal. El pueblo palestino, musulmanes y cristianos, forman parte de esta tierra y se unen en su defensa.”24 El movimiento también hizo un llamamiento a la gente de Gaza de estar en guardia puesto que hay “quienes quieren sembrar el caos, la anarquía y la inseguridad.”25 El 21 de octubre de 2007, Mahmoud al-Zahar, uno de los dirigentes superiores de Hamas, condujo a una delegación de funcionarios y dignatarios musulmanes en una visita a la antigua iglesia cristiana ortodoxa en el centro de Gaza. La delegación tuvo un encuentro con la cabeza de la iglesia y otros dignatarios cristianos. Durante la visita, al-Zahar hizo énfasis en la “fortaleza de la unión umbilical entre los musulmanes y los cristianos de Palestina en general y de la Franja de Gaza en particular.” Zahar añadió que “los musulmanes y los cristianos de Palestina son un solo pueblo y tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones en cuanto ciudadanos iguales.”26

El ataque en Gaza no fue un incidente aislado. En 2006 en Cisjordania se apedrearon una serie de iglesias, y una fue incendiada. Los ataques, los primeros de los que se tiene noticia, ocurrieron al poco tiempo de que el Papa Benedicto XVI señalara que el Islam se estaba expandiendo con la espada. Sus comentarios fueron condenados por todos los palestinos, incluidos los dirigentes del movimiento Hamas. Tras los ataques de Cisjordania y de Gaza, Hamas y los dirigentes de la Yihad islámica colocaron guardias para proteger las iglesias palestinas de otros posibles ataques. Sin embargo, la demostración de solidaridad palestina inter – religiosa tiene límites políticos. Por ejemplo, los dirigentes islamistas palestinos son reacios a decirle a los dirigentes políticos occidentales que un Hamas debilitado podría suponer un Al Qaeda fortalecido. La razón es sencilla: Hamas no quiere parecer demasiado cercano a ningún poder occidental, para evitar que sufra su imagen islámica. Hamas tampoco quiere alienar a muchos musulmanes corrientes, sobre todo en la región del Golfo, que apoyan tanto a Hamas como a Al Qaeda.

Hamas, como escribió su consejero político Ahmad Yousef, es “un baluarte frente a ideas y tendencias radicales y militantes. Las políticas cuyo objetivo es aislar y marginar a Hamas sentarán las bases de la expansión del pensamiento extremista en la Palestina ocupada.”27 A continuación, señala: “Al permitir que Hamas participe en el proceso político palestino se fomentará el crecimiento y desarrollo de ideas pragmáticas e instrumentos de acción política. También permitirá que la tolerancia y el respeto hacia el pluralismo y la diversidad arraigue en la cultura política palestina. Occidente debería preguntarse si desea la moderación y el realismo de Hamas o bien el dogmatismo de los grupos radicales que suscriben al teoría del choque de civilizaciones. “28 Las palabras de Yousef merecen ser escuchadas con atención, aunque sólo sea por las peligrosas consecuencias que traería consigo la perspectiva de una proliferación de Al Qaeda en Palestina. Pero el auge de Al Qaeda dentro de la población palestina de Cisjordania y Gaza no es más que un aspecto de los peligros que plantea la organización takfiri.

Hay una numerosa población refugiada palestina en Jordania, Líbano y Siria, que puede ser arrastrada hacia Al Qaeda , sobre todo si los entornos políticos de estas naciones lo facilitan. Y si bien Al Qaeda no cree en el nacionalismo, es de esperar que la pura desesperación, de la cual hay abundancia, lleve a muchos jóvenes palestinos en la diáspora a los brazos de Al Qaeda. Por tanto, el impacto de una proliferación de Al Qaeda sería devastador en países como Jordania, donde más del 50% de la población es palestina y donde la opinión pública se decanta claramente en contra de Israel y EEUU. Así pues, como razona Qassem, los bombardeos suicidas y los coches bomba llegarían a ser sucesos habituales en esas naciones, como lo son ya en Iraq. En pocas palabras, el auge de Al Qaeda en Cisjordania y Gaza tendría consecuencias significativas para los palestinos de la diáspora, y consecuencias para la estabilidad política de Jordania, Líbano y Siria. 29

Conclusión

No cabe duda de que todo incremento significativo del poder de Al Qaeda en Gaza y en Cisjordania, y también en la diáspora, será a expensas de Hamas. Por tanto, es muy probable que Hamas haga esfuerzos por prevenir esta posibilidad advirtiendo a los palestinos de los peligros que suponen la ideología nihilista de Al Qaeda. A principios de verano de 2007, los eruditos religiosos afiliados a Hamas ya estaban captando a salafi radicales (activistas musulmanes sunníes ultra ortodoxos), en unos intercambios en los que se intentaba persuadirlos de que liberaran al periodista británico Allan Johnston, a quien habían secuestrado. Los eruditos argumentaron que el radicalismo rígido de los radicales se apartaba de la naturaleza moderada (“wastiya”) del Islam. 30

Finalmente, los esfuerzos de Hamas dieron sus frutos y Johnston fue liberado sano y salvo. A diferencia de Al Qaeda, Hamas consideraba a Johnston un “Musta’aman” (un huésped protegido) que, en opinión de los eruditos religiosos de Hamas, había entrado en Gaza no como espía, sino como periodista con el fin de transmitir al mundo exterior el sufrimiento palestino. Por tanto, su apresamiento y cautividad eran inmorales e ilegales desde una perspectiva de la Sharia. Los secuestradores, por otra parte, razonaban que Gran Bretaña, como EEUU e Israel, estaba en guerra con todos los musulmanes. Citaban como su autoridad a la invasión anglo americana de Iraq. Los eruditos afiliados a Hamas respondieron diciendo que las cosas habían cambiado mucho desde la antigüedad, cuando los ciudadanos de una nación seguían ciegamente a su emperador. Los eruditos de Hamas argumentaron que muchos británicos, incluido el propio Johnston, se oponían a la guerra de Iraq y a la ocupación israelí.31

El intercambio entre Hamas y los sunníes radicales bien puede ser un presagio de lo que está por venir, y resume en un único incidente el debate entre los grupos islamistas moderados, como Hamas, y el radicalismo emergente del Islam salafista. Aún así, está muy claro que este intercambio, si bien tuvo éxito en el caso de Johnston, bien podría fracasar en el futuro. Las continuas sanciones occidentales contra los palestinos y la negativa de Occidente de reconocer y distinguir entre los distintos grupos islamistas están minando de forma significativa la habilidad de Hamas de razonar desde una posición moderada; y están reforzando la pérdida de fe de los palestinos en las instituciones democráticas y el compromiso que Hamas ha adoptado con la buena gobernanza. Así pues, si bien la mayoría de los palestinos no desean que Al Qaeda y otros grupos extremistas arraigan en sus comunidades, tal vez sean incapaces de impedir que monten una infraestructura política en Cisjordania y la Franja de Gaza que promueve su versión del Islam radical. El poder de estos grupos es pues posible que aumente, sobre todo si Israel y sus aliados occidentales siguen estrechando los horizontes políticos y económicos de Palestina y actúan de un modo que mina las esperanzas de una paz justa y duradera.

Jalid Amayreh es un periodista palestino freelance, educado en EEUU,

Basado en Cisjordania. Escribe regularmente para el semanario Al-Ahram Weekly de El Cairo y el Centro de Información de Palestina. Sus artículos también aparecen regularmente en varios nuevos sitios de Internet.

Este documento ha sido producido con la ayuda económica de la Unión Europea. El contenido de este documento es la sola responsabilidad del Foro de Conflictos y en modo alguno puede considerarse que refleje la postura de la Unión Europea.

© Conflicts Forum, www.conflictsforum.org, octubre 2007

1 Hay algunas excepciones. Por ejemplo, los Hermanos Musulmanos iniciaron una insurrección armada contra el régimen minoritario alawita de Hafez al Asad en Siria en 1982. No obstante, incluso durante esta insurrección, justificada por la naturaleza sangrienta del régimen, los HM no atacaron a civiles.

2 “Tabi’in” significa literalmente “seguidores”, es decri, Hijos de los Compañeros del Profeta.

3 “Yihad” significa “esfuerzo, lucha” y tiene una connotación de guerra (normalmente contra la opresión), sin limitarse a ese concepto.

4 De hecho, el concepto de “tregua” o “Sulh” está bien establecido en la Sharia como queda patenten en Sulh al Hudaybiya (la tregua de Hudaybiya), que el Profeta Mahoma forjó con los Paganos de Qaraysh.

5 Hamas dice que sus ataques contra civiles israelíes están justificados, no por la teología, sino por los ataques contra los civiles palestinos.

6 Por ejemplo, Hamas, al igual que los Hermanos Musulmanes, cita versos coránicos tales que los siguientes al insistir en la prohibición de atacar a personas inocentes: ([60.8]) (DIOS no os prohíbe que hagáis amistad con aquellos que no os combaten por vuestra religión, y no os expulsan de vuestros hogares. Podéis hacer amistad con ellos y ser justos con ellos. DIOS ama los justos. [60:9] DIOS sólo os prohíbe que hagáis amistad con aquellos que os combaen por vuestra religión, os expulsan de vuestros hogares, y se juntan con otros que os destierran. No debéis hacer amistad con ellos. Quienes hacen amistad con ellos son transgresores.)

7 un ejemplo clásico son las relaciones amistosas de Hamas con Rusia, a pesar de la sangrienta represión de los rebelders musulmanes en Chechenia por parte de los rusos.

8 Al-Zawahiri se refirió al consejo legislativo palestino (En Gaza y Cisjordania) como “consejos municipales” para restarles importancia, dado que todo el régimen palestino estaba bajo ocupación militar israelí, careciendo de soberanía o auténtico autoridad.

9 Véase la transcripción del discurso de Ayman al Zawahiri el 5 de mayo de 2007, cinta de audio publicada por Ayyoub al Masri, también llamado Abu Hamza al-Muhajir.

10 Ibidem

11 Ibidem

12 véase, comandante de Al Qaeda critica a Hamas por abandonar la Yihad en una nueva grabación de video, AP, 9 de septiembre de 2007.

13 Íbidem

14 véase “Jaled Mashal se niega a responder a Zawahiri” (www.Islamemo.cc/artocles) (web árabe9

15 Declaración de Ghazi Hamad, portavoz del gobierno de Hamas con sede en Gaza, entrevista con al-Aqsa Radio, 12 de julio de 2007. Al-Zawahiri también fue blanco de severas críticas por parte de Hamas y de sitios web pro Hamas, véase por ejemplo www.paldf.net.forum

16 entrevista con Yosuf Abu Ras en Hebrón, octubre de 2007. Abu Ras ha escrito una tesis de master (en árabe) sobre las principales motivaciones que llevan a las bombas suicidas.

17 Entrevista con Hani Masri (telefónica), octubre 2007

18 íbidem

19 íbidem

20 Entrevista con el catedrático Abdul Sattar Qassem, octubre de 2007

21 íbidem

22 Entrevista con A. Harb, octubre de 2007 (Harb rogó que no se mencionara su nombre completo por razones de seguridad).

23 Íbidem

24 Véase, Hamas condena el asesinato de un cristiano palestino en Gaza, 7 de octubre 2007 (www.Palestine.info.co.uk)

25 íbidem

26 véase www.maannews.net), 21 de octubre 2007

27 “Levantad el asedio a Hamas”, Ahmed Yousef, 24 de septiembre 2007 (www.electronicintifada.net)

28 íbidem

29 Entra Al Qaeda, por Jalid Amayreh, Al-Ahram Weekly, 10-16 de mayo 2007, (www.ahram.org.eg)

30 íbidem

31 íbidem



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