Uso de los bueyes. En los tiempos bíblicos casi exclusivamente se usaban los bueyes para arar las tierras. Por esta razón la expresión "un yugo" se usaba por los hebreos con lo que querían dar la medida de tierra que un yugo de bueyes podía arar en un día. (cf. 1 Sam. 14:14; Isa. 5:10). Bueyes, como usaban el término los hebreos, quería decir animales de ambos sexos. Se usaban las vacas lo mismo que los bueyes con propósito de formar el tiro, pero estos últimos los castraban. Esto explica la razón de la ley que especificaba lo concerniente a una vaquilla usada para el sacrificio, fuera "sobre la que nunca se puso yugo" (Núm. 19:2).
La ley de Moisés prohibía que se arase con un buey y un asno en un mismo yugo (Deut 22:10).
El Apóstol Pablo habla del "yugo desigual" en relación con unión de creyentes y no creyentes (2 Cor. 6:14). En la actualidad los árabes usan los bueyes para arar, aunque algunas veces usan camellos, o un buey y un asno, y a veces un camello y un asno.
Arar. El barbecho de la tierra a la manera oriental es muy primitivo. El arado, es cuando más un simple instrumento que puede llevarse, si es necesario a una distancia de tres kilómetros hasta el lugar del trabajo por el agricultor. Por supuesto, en relación con los implementos modernos, puede decirse que apenas araña la tierra. El que ara mantiene la mancera del arado en una mano, y en la otra lleva el aguijón con que anima a los animales. Jesús dijo: "Ninguno que poniendo la mano al arado mira atrás, es apto para el reino de Dios" (Luc. 9:62). El describió con exactitud la operación al decir "la mano", es decir una, más bien que las dos como en el caso de un agricultor occidental. Sería fatal para el agricultor palestino mirar hacía atrás, porque el implemento es tan ligero, que el trabajador a menudo tiene que cargarse sobre él con todo su peso para evitar que salga del surco.
Los agricultores orientales algunas veces aran juntos, cada quien teniendo su arado y yunta de bueyes, y siguen de cerca al que precede. Esta clase de club de agricultores se adopta como protección de los ladrones beduinos, y también porque se desea la cooperación cuando las haciendas trigueras son grandes. Eliseo fue encontrado por Elías arando con otros once gañanes y un total de veinticuatro bueyes (1 Reyes 19:19).
El uso de zapapico. Cuando la tierra está dura, en las laderas rocosas no es posible usar el arado. En esos lugares, si el agricultor es industrioso, preparará la tierra usando el pico o el azadón. Isaías habla de "montes que se cavaban con azada" (Isa. 7:25). Usando este instrumento, todo el terreno se aprovecha para la siembra.
El agricultor oriental muy raras veces usa fertilizante en sus tierras al cultivar el grano. Algunas laderas usadas por el labrador para su sembrado tienen una cantidad pequeña de piedras calizas, diseminadas en él. Parte de la caliza de las piedras se disuelve con las lluvias, y revolviéndose con la tierra la enriquece para una buena cosecha de granos. Estas piedras son las encargadas de fertilizar la tierra. Los judíos modernos que vuelven de Occidente a labrar sus tierras, le añaden varias sustancias químicas del Mar Muerto como fertilizantes para su terreno. No se hace ninguna mención en la Biblia de fertilizar la tierra para las cosechas de granos. Jesús mencionó en una de sus parábolas la estercoladura de la higuera. (Luc. 13:1-9).
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