Cómo montar un camello. Esto no es un arte sencillo de aprender para un occidental. Es completamente imposible hacerlo cuando el animal está de pie, y por eso se le enseña a arrodillarse y que permanezca en esa posición hasta que el viajero lo haya montado. Es natural que el camello se arrodille, porque nace con verrugas en las piernas y el pecho, las que le sirven de almohadones para descansar su peso cuando se arrodilla. Cuando lo hace, principia por dejarse caer sobre las rodillas, luego sobre las coyunturas de las piernas traseras, luego se deja caer sobre el pecho, y finalmente sobre sus piernas traseras que habían quedado flexionadas. Al levantarse, el proceso es a la inversa: las piernas traseras se levantan primero, haciendo que el viajero se proyecte hacia adelante, después de lo cual las piernas delanteras se levantan rápidamente, haciendo que el viajero se proyecte hacia atrás. Un experimentado viajero que siempre usa los camellos, se bambolea de un lado al otro, haciendo fácil su cuerpo a los movimientos del animal. El movimiento del camello hace que algunos viajeros inexpertos se sientan mareados. La mayor parte de los occidentales que tratan de montar un camello se encuentran con una jornada muy molesta. El siervo de Abrahán "hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la hora de la tarde, a la hora en que salen las mozas por agua" (Gén. 24:11).
Equipo usado por los árabes del desierto para viajar en camello. Este incluye una silla de camello, la que tiene dos altos pomos en frente y atrás; grandes alforjas que cuelgan hacía abajo a cada lado de la silla, un mandil de cuero que cuelga hacia abajo frente a la silla, estirándose hacia abajo y a los lados del cuello del camello casi hasta sus rodillas; un bastón largo y delgado; una bolsa de cuero conteniendo dátiles; y otras bolsas con comisaria.
Aparejo del camello para mujeres. Algunas veces las mujeres montan los camellos de la misma manera que lo hacen los hombres, pero muy a menudo un arreglo especial se hace a fin de que la viajera no se moleste. Este "aparejo de camello" era una parte del equipo de Jacob para sus mujeres, y cuando se puso uno en la tienda de Raquel, ella escondió en él los dioses robados a su padre (Gén. 31: 34). Las mujeres a menudo se sientan en una especie de canasta que ha sido colgada a cada lado del animal. Hay otro arreo común para las esposas de los jefes como el siguiente:
“Se hace un costal angosto de unos dos metros y medio de largo, que se aseguran al bastidor de la silla y a un ángulo recto de ella. De los extremos, de las vigas se atirantan unas cuerdas sobre postes derechos, puestos sobre la mitad de la silla, para que sostenga un toldo bajo el que las mujeres van sentadas sobre almohadones de plumas".Tal arreglo tiene el mismo propósito que una sombrilla occidental.
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