Para los anales de la historia
La amenaza nuclear iraní es el mayor problema de seguridad que se cierne sobre Oriente Medio, algo en lo que están de acuerdo árabes, israelíes, europeos y norteamericanos. Ése ha sido el principal tema en las conversaciones de Bush con Olmert. Durante los últimos años Israel presionó para que Estados Unidos asumiera la responsabilidad de impedir, diplomática o militarmente, el desarrollo de la bomba atómica persa. Esa estrategia ha fracasado ante la debilidad de Bush en el seno de su propia Administración y el golpe de estado blando infligido por la Comunidad de Inteligencia. Ningún otro servicio de inteligencia ha hecho suyas las contradictorias conclusiones presentadas al Congreso norteamericano. Para Israel no hay duda de que el gobierno de los ayatolás sigue adelante con su propósito.
Es impensable que se apliquen nuevas sanciones diplomáticas realmente serias y, mucho menos, que Bush ordene un ataque selectivo contra las instalaciones nucleares iraníes. La pelota vuelve al campo israelí. Nunca fueron muy optimistas sobre la capacidad de acción de esta Administración pero siempre fueron conscientes de sus propias limitaciones. Pueden lanzar un ataque, preciso pero limitado. En el mejor de los casos conseguirían retrasar unos años el programa nuclear, pero no impedirlo. Todo ello a un coste diplomático muy elevado, precisamente cuando la credibilidad de Israel no está en uno de sus mejores momentos.
La inminente publicación de la segunda parte del Informe Winogradof, que evalúa las responsabilidades de este gobierno en el desastre de la guerra en el Líbano, puede marcar el tempo.
Es dudoso que pueda sobrevivir y probable que se convoquen nuevas elecciones. Olmert puede estar considerando lanzar ya el ataque, para crear una situación política nueva que le ayude a superar los efectos del informe, o puede dejar la solución del problema para el próximo gabinete. En cualquier caso, las elites políticas israelíes están abocadas a resolver ya un difícil dilema estratégico: aceptar vivir con la amenaza nuclear iraní o tratar de evitarla mediante una «acción anticipatoria».
Es impensable que se apliquen nuevas sanciones diplomáticas realmente serias y, mucho menos, que Bush ordene un ataque selectivo contra las instalaciones nucleares iraníes. La pelota vuelve al campo israelí. Nunca fueron muy optimistas sobre la capacidad de acción de esta Administración pero siempre fueron conscientes de sus propias limitaciones. Pueden lanzar un ataque, preciso pero limitado. En el mejor de los casos conseguirían retrasar unos años el programa nuclear, pero no impedirlo. Todo ello a un coste diplomático muy elevado, precisamente cuando la credibilidad de Israel no está en uno de sus mejores momentos.
La inminente publicación de la segunda parte del Informe Winogradof, que evalúa las responsabilidades de este gobierno en el desastre de la guerra en el Líbano, puede marcar el tempo.
Es dudoso que pueda sobrevivir y probable que se convoquen nuevas elecciones. Olmert puede estar considerando lanzar ya el ataque, para crear una situación política nueva que le ayude a superar los efectos del informe, o puede dejar la solución del problema para el próximo gabinete. En cualquier caso, las elites políticas israelíes están abocadas a resolver ya un difícil dilema estratégico: aceptar vivir con la amenaza nuclear iraní o tratar de evitarla mediante una «acción anticipatoria».
POR FLORENTINO PORTERO
Irán pone en entredicho gira de Bush por Oriente Medio
Irán pone en entredicho gira de Bush por Oriente Medio
Teherán, 13 ene (PL) Irán afirmó hoy que resultan evidentes las intenciones por las cuales el gobierno estadounidense intentó engañar a la opinión pública mundial con el incidente de las embarcaciones en el estrecho de Ormuz.
El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad-Ali Hosseini, comentó en conferencia de prensa que el escándalo propagandístico de los medios de comunicación están en concordancia con los objetivos de la gira del presidente George W. Bush.
Estados Unidos debería pedir disculpas a la República Islámica, a los países de la región y a su propio pueblo por engañarlos, subrayó.
El pasado 6 de enero barcos de guerra norteamericanos y la marina iraní tuvieron un incidente en el Golfo Pérsico que fue aprovechado por funcionarios del Pentágono y el propio Bush para atizar las amenazas y diatribas contra el estado persa.
Lo sucedido ese día fue similar a hechos anteriores, lo cual es regular y natural, expresó el portavoz de la cancillería.
El representante del Líder Supremo en el Consejo Superior de Seguridad Nacional de Irán, Ali Lariyani, por su parte, consideró lo ocurrido como exagerado y enfatizó que las intenciones en el actual contexto tienen el propósito de inducir la idea de que Irán es una amenaza.
Bush arremetió contra el estado persa al arribar este domingo a Abu Dhabi, al calificarlo de ser el principal instigador del terrorismo en el mundo y constituir “una amenaza para la paz y estabilidad de los países" del Oriente Medio.
Teherán invierte millones de dólares en apoyar a los movimientos de la resistencia palestina Hamas y la Yihad Islámica, acusados de terroristas por Washington, y suministra armas a los rebeldes iraquíes y a los talibanes, dijo el mandatario en su discurso.
La gira de Bush por la región comenzó el pasado miércoles por Israel, y prosiguió después por la Cisjordania ocupa, Kuwait, Bahreiny Emiratos Árabes Unidos, y aún restan Arabia Saudita y Egipto.
El apoyo a Tel Aviv, su aliado principal de la zona, y la animosidad contra Irán han estado en el centro de sus declaraciones, contrario al objetivo expresado antes de partir, supuestamente dirigido a impulsar acciones que conduzcan a un arreglo entre palestinos e israelíes.
El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad-Ali Hosseini, comentó en conferencia de prensa que el escándalo propagandístico de los medios de comunicación están en concordancia con los objetivos de la gira del presidente George W. Bush.
Estados Unidos debería pedir disculpas a la República Islámica, a los países de la región y a su propio pueblo por engañarlos, subrayó.
El pasado 6 de enero barcos de guerra norteamericanos y la marina iraní tuvieron un incidente en el Golfo Pérsico que fue aprovechado por funcionarios del Pentágono y el propio Bush para atizar las amenazas y diatribas contra el estado persa.
Lo sucedido ese día fue similar a hechos anteriores, lo cual es regular y natural, expresó el portavoz de la cancillería.
El representante del Líder Supremo en el Consejo Superior de Seguridad Nacional de Irán, Ali Lariyani, por su parte, consideró lo ocurrido como exagerado y enfatizó que las intenciones en el actual contexto tienen el propósito de inducir la idea de que Irán es una amenaza.
Bush arremetió contra el estado persa al arribar este domingo a Abu Dhabi, al calificarlo de ser el principal instigador del terrorismo en el mundo y constituir “una amenaza para la paz y estabilidad de los países" del Oriente Medio.
Teherán invierte millones de dólares en apoyar a los movimientos de la resistencia palestina Hamas y la Yihad Islámica, acusados de terroristas por Washington, y suministra armas a los rebeldes iraquíes y a los talibanes, dijo el mandatario en su discurso.
La gira de Bush por la región comenzó el pasado miércoles por Israel, y prosiguió después por la Cisjordania ocupa, Kuwait, Bahreiny Emiratos Árabes Unidos, y aún restan Arabia Saudita y Egipto.
El apoyo a Tel Aviv, su aliado principal de la zona, y la animosidad contra Irán han estado en el centro de sus declaraciones, contrario al objetivo expresado antes de partir, supuestamente dirigido a impulsar acciones que conduzcan a un arreglo entre palestinos e israelíes.
La secretaria de Estado norteamerican
Condoleezza Rice, arribó hoy por sorpresa a Bagdad para informar a las autoridades sobre los resultados de la gira del presidente George W. Bush por Medio Oriente.Rice llegó en un vuelo procedente de Riad, Arabia Saudita, donde acompañaba al presidente Bush, y se reunió durante 45 minutos con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, en su residencia de Bagdad."El presidente Bush y la secretaria Rice decidieron que esta sería una buena oportunidad para que la secretaria fuera a Bagdad a reunirse con funcionarios iraquíes", dijo el vocero del Consejo de Segurdiad Nacional, Gordon Johndroe.El objetivo de la visita será "construir sobre los progresos realizados y alentar una reconciliación política y una acción legislativa mayores", prosiguió Johndroe, citado por la cadena de noticias CNN.Además de informar a Maliki sobre la gira de Bush, Rice lo felicitó por la aprobación de la ley que resinsertó en la administración estatal a miles de miembros del disuelto partido Baas del fallecido presidente Saddam Hussein, agregó el vocero.Rice tenía previsto regresar a Riad por la noche, concluyó. Bush inició el miércoles pasado en Israel su mayor gira por Medio Oriente desde que llegó al poder, en 2001, con el fin de impulsar el proceso de paz entre palestinos e israelíes y hacer campaña contra Irán por sus ambiciones nucleares.La gira culmina mañana con una visita a Egipto.
El viaje del presidente de Estados Unidos George W. Bush al Medio Oriente está siendo súbitamente dominado no por la guerra en Irak o por su intención de lograr la paz entre israelíes y palestinos, sino por una renovada y feroz guerra mediática entre Washington y Teherán.
En los últimos días, Bush y otros altos funcionarios norteamericanos han destacado los peligros de la confrontación de la semana pasada en el golfo Pérsico, han asegurado que los ataques iraníes dentro de Irak han vuelto a acrecentarse, y rotulan a Irán como el peor patrocinante del terrorismo a nivel mundial.
Esos señalamientos parecen destinados a asegurar a Israel y a sus aliados árabes que el gobierno de Washington sigue con su intención de presionar a Irán, pese a que una reciente evaluación de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos concluyó que Irán puso fin a su programa de armas nucleares hace cuatro años.
Se intensifica guerra mediática entre Bush e Irán
Tras la divulgación del informe, Bush está en aprietos para mantener una vigorosa presión internacional contra Irán, en momentos en que China y Rusia buscan atenuar la confrontación. Y la promesa de Irán, anunciada el sábado, de responder a la brevedad a una serie de preguntas de las Naciones Unidas sobre pasadas actividades nucleares posiblemente ofrezca a Beijing y a Moscú más elementos para frenar una nueva ronda de sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU, tal como lo exige Estados Unidos.
El peligro es que si la confrontación pública de Estados Unidos con Irán carece de elementos creíbles, pondrá en entredicho su situación frente a aliados europeos. Francia, Gran Bretaña y Alemania podrán apoyar a Bush en relación a Irán, pero siempre y cuando crean que Estados Unidos cuenta con abundantes evidencias sobre actividades ilegales iraníes.
Otro peligro es que las disputas entre Estados Unidos e Irán se conviertan en un conflicto real, tal vez por accidente, como ocurrió con el incidente cerca del estrecho de Ormuz, en que lanchas rápidas iraníes rodearon a tres embarcaciones de la armada norteamericana en una tensa confrontación de varios minutos.
Se trate o no de una coincidencia, la última vez que la tensión se agravó entre Estados Unidos e Irán fue en mayo, cuando el vicepresidente norteamericano Dick Cheney, hablando a bordo de un portaaviones que cruzaba el golfo Pérsico, formuló una fuerte advertencia a Irán, amenazando con acciones militares si continuaba con su programa nuclear.
Luego de la confrontación del 6 de enero, cuando cinco lanchas rápidas iraníes rodearon a tres buques de guerra de Estados Unidos, el secretario de Defensa Robert Gates reveló otros dos o tres incidentes similares "tal vez no tan dramáticos" en el curso del último año.
Ninguno de esos incidentes había sido divulgado hasta el viaje de Bush a Medio Oriente.
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Sally Buzbee es la jefa de AP para Medio Oriente, y tiene su oficina en El Cairo.
En los últimos días, Bush y otros altos funcionarios norteamericanos han destacado los peligros de la confrontación de la semana pasada en el golfo Pérsico, han asegurado que los ataques iraníes dentro de Irak han vuelto a acrecentarse, y rotulan a Irán como el peor patrocinante del terrorismo a nivel mundial.
Esos señalamientos parecen destinados a asegurar a Israel y a sus aliados árabes que el gobierno de Washington sigue con su intención de presionar a Irán, pese a que una reciente evaluación de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos concluyó que Irán puso fin a su programa de armas nucleares hace cuatro años.
Se intensifica guerra mediática entre Bush e Irán
Tras la divulgación del informe, Bush está en aprietos para mantener una vigorosa presión internacional contra Irán, en momentos en que China y Rusia buscan atenuar la confrontación. Y la promesa de Irán, anunciada el sábado, de responder a la brevedad a una serie de preguntas de las Naciones Unidas sobre pasadas actividades nucleares posiblemente ofrezca a Beijing y a Moscú más elementos para frenar una nueva ronda de sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU, tal como lo exige Estados Unidos.
El peligro es que si la confrontación pública de Estados Unidos con Irán carece de elementos creíbles, pondrá en entredicho su situación frente a aliados europeos. Francia, Gran Bretaña y Alemania podrán apoyar a Bush en relación a Irán, pero siempre y cuando crean que Estados Unidos cuenta con abundantes evidencias sobre actividades ilegales iraníes.
Otro peligro es que las disputas entre Estados Unidos e Irán se conviertan en un conflicto real, tal vez por accidente, como ocurrió con el incidente cerca del estrecho de Ormuz, en que lanchas rápidas iraníes rodearon a tres embarcaciones de la armada norteamericana en una tensa confrontación de varios minutos.
Se trate o no de una coincidencia, la última vez que la tensión se agravó entre Estados Unidos e Irán fue en mayo, cuando el vicepresidente norteamericano Dick Cheney, hablando a bordo de un portaaviones que cruzaba el golfo Pérsico, formuló una fuerte advertencia a Irán, amenazando con acciones militares si continuaba con su programa nuclear.
Luego de la confrontación del 6 de enero, cuando cinco lanchas rápidas iraníes rodearon a tres buques de guerra de Estados Unidos, el secretario de Defensa Robert Gates reveló otros dos o tres incidentes similares "tal vez no tan dramáticos" en el curso del último año.
Ninguno de esos incidentes había sido divulgado hasta el viaje de Bush a Medio Oriente.
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Sally Buzbee es la jefa de AP para Medio Oriente, y tiene su oficina en El Cairo.
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