Un modelo de Guerra Fría Para los anales de la Historia
Coincidiendo con el reciente viaje de Bush a Oriente Medio, dos destacados académicos del Consejo de Relaciones Exteriores han publicado un ensayo crítico sobre lo que no dudan en calificar de "política equivocada". Como he comentado en más de una ocasión, dicha política consiste en aplicar un modelo de Guerra Fría. Numerosos expertos consideran que tras el fiasco de Irak ésta es la única alternativa viable, de ahí mi interés en glosar el 'voto particular' de esos dos miembros del 'grupo de sabios' que asesora a la Casa Blanca.La primera en la frente: «En lugar de preocuparse porque Oriente Medio está en llamas, los miembros de la administración parecen creer que en medio del desorden y el caos existe una oportunidad sin precedentes de reorganizar la región, de modo que finalmente se acepte la hegemonía de EE UU y el coraje de Israel». Si no se entiende esto resulta imposible entender por qué Bush decidió prender la mecha de Irak en 2003 y todas sus posteriores decisiones. Ahora le toca a Irán. Puesto que Irán es el principal competidor de EE UU en la zona, forma parte de esa lógica presentarlo como un Estado expansionista que pretende hacer realidad las promesas del Corán, por lo que es inútil recurrir a la diplomacia para cambiar su indeseable comportamiento. Pero según el último informe consolidado de todas las agencias de espionaje americanas, el objetivo de Irán no es expandirse sino convertirse en el principal Estado de la región, su política exterior responde a razones pragmáticas no está inspirada por el fundamentalismo religioso. Algo bien distinto.El modelo de Guerra Fría diseñado por la administración Bush se basa, según el citado ensayo, en una serie de supuestos equivocados. El principal, creer que el conflicto Árabe-Israelí es la clave de bóveda para reconstruir el futuro de la zona, que encarrilado éste los países Árabes se unirían para contener a Irán. «Washington no aprecia en todo su valor el desplazamiento del centro de gravedad de Oriente Medio, del Mediterráneo Oriental al Golfo Pérsico [Es el petróleo, estúpido]. Hoy es más probable que la paz y estabilidad del Golfo genere paz y estabilidad en el Mediterráneo Oriental que viceversa». Pero para que haya paz y estabilidad en el Golfo hay que contar con Irán.Unir a los países Árabes para que junto a EE UU e Israel procedan a contener a Irán no es razonable. Para empezar, los árabes no consideran más peligroso a Irán que a Israel. Por otra parte, los países Árabes consideraban al ejército iraquí su baluarte en el Golfo Pérsico; desmantelado éste, EE UU es ahora la única potencia capaz de contener militarmente a Irán. Ahora bien, dado el sentimiento antiamericano predominante en la zona resulta imposible mantener allá un contingente elevado de sus tropas durante un periodo largo e indefinido, lo cual lleva a tener que fiarse de actores tan poco confiables como los radicales sunnis contra los chiítas. Merece la pena recordar, a este respecto, que la guerra de Irak contra Irán en los años ochenta hizo crecer un extremismo sunni que, posteriormente, sería el caldo de cultivo de Al Qaida. Esta guerra sumiría en un caos aún mayor a Afganistán, Irak, Líbano... incluso Pakistán podría formar parte de esta ecuación visto lo visto.Dado el esfuerzo que le está exigiendo Irak, es dudoso que EE UU tenga siquiera los medios para sostener un conflicto mucho más extenso y de larga duración. Lo único razonable parece, pues, seguir la ruta diplomática, construir una región integrada donde todas las fuerzas en presencia tengan interés en mantener el nuevo status quo. Esto exigiría un giro de 180 grados de la política americana, en lugar del clásico 'divide et impera' colonialista habría que renunciar a explotar las diferencias étnicas y religiosas (sunni/chiíta) y construir una red de intereses entre los países de la zona similar al que ha terminado por implantarse en el Asia poscolonial, los famosos 'tigres asiáticos' para los que el Mercado Común europeo ha sido un modelo lejano. Exigiría también renunciar al 'cambio de régimen' en Irán, reconocer la legitimidad de su sistema y trabajar juntos en la reconstrucción de Irak y en la desactivación de las otras guerras civiles: Afganistán, Líbano, Palestina, Pakistán quizá. Se requeriría asimismo un nuevo tratado de seguridad nacional que garantice la inviolabilidad de las actuales fronteras y un sistema de control de armamento en el que estén comprometidos todos los países del Golfo. Finalmente, desarrollar un instrumento de resolución pacífica de disputas entre los miembros no muy distinto a los existentes en la UE.¿No comprometería este plan los intereses de EE UU en el área? Paradójicamente, los propios países del Golfo serían los primeros interesados en la continua presencia de los americanos en la región para garantizar que ningún Estado abuse o transgreda las nuevas reglas del juego. Europa y Asia, tras la II Guerra Mundial, son ejemplos evidentes de este supuesto. Incluso Rusia y China estarían de acuerdo en que EE UU garantice la estabilidad y los suministros energéticos en Oriente Medio.
Coincidiendo con el reciente viaje de Bush a Oriente Medio, dos destacados académicos del Consejo de Relaciones Exteriores han publicado un ensayo crítico sobre lo que no dudan en calificar de "política equivocada". Como he comentado en más de una ocasión, dicha política consiste en aplicar un modelo de Guerra Fría. Numerosos expertos consideran que tras el fiasco de Irak ésta es la única alternativa viable, de ahí mi interés en glosar el 'voto particular' de esos dos miembros del 'grupo de sabios' que asesora a la Casa Blanca.La primera en la frente: «En lugar de preocuparse porque Oriente Medio está en llamas, los miembros de la administración parecen creer que en medio del desorden y el caos existe una oportunidad sin precedentes de reorganizar la región, de modo que finalmente se acepte la hegemonía de EE UU y el coraje de Israel». Si no se entiende esto resulta imposible entender por qué Bush decidió prender la mecha de Irak en 2003 y todas sus posteriores decisiones. Ahora le toca a Irán. Puesto que Irán es el principal competidor de EE UU en la zona, forma parte de esa lógica presentarlo como un Estado expansionista que pretende hacer realidad las promesas del Corán, por lo que es inútil recurrir a la diplomacia para cambiar su indeseable comportamiento. Pero según el último informe consolidado de todas las agencias de espionaje americanas, el objetivo de Irán no es expandirse sino convertirse en el principal Estado de la región, su política exterior responde a razones pragmáticas no está inspirada por el fundamentalismo religioso. Algo bien distinto.El modelo de Guerra Fría diseñado por la administración Bush se basa, según el citado ensayo, en una serie de supuestos equivocados. El principal, creer que el conflicto Árabe-Israelí es la clave de bóveda para reconstruir el futuro de la zona, que encarrilado éste los países Árabes se unirían para contener a Irán. «Washington no aprecia en todo su valor el desplazamiento del centro de gravedad de Oriente Medio, del Mediterráneo Oriental al Golfo Pérsico [Es el petróleo, estúpido]. Hoy es más probable que la paz y estabilidad del Golfo genere paz y estabilidad en el Mediterráneo Oriental que viceversa». Pero para que haya paz y estabilidad en el Golfo hay que contar con Irán.Unir a los países Árabes para que junto a EE UU e Israel procedan a contener a Irán no es razonable. Para empezar, los árabes no consideran más peligroso a Irán que a Israel. Por otra parte, los países Árabes consideraban al ejército iraquí su baluarte en el Golfo Pérsico; desmantelado éste, EE UU es ahora la única potencia capaz de contener militarmente a Irán. Ahora bien, dado el sentimiento antiamericano predominante en la zona resulta imposible mantener allá un contingente elevado de sus tropas durante un periodo largo e indefinido, lo cual lleva a tener que fiarse de actores tan poco confiables como los radicales sunnis contra los chiítas. Merece la pena recordar, a este respecto, que la guerra de Irak contra Irán en los años ochenta hizo crecer un extremismo sunni que, posteriormente, sería el caldo de cultivo de Al Qaida. Esta guerra sumiría en un caos aún mayor a Afganistán, Irak, Líbano... incluso Pakistán podría formar parte de esta ecuación visto lo visto.Dado el esfuerzo que le está exigiendo Irak, es dudoso que EE UU tenga siquiera los medios para sostener un conflicto mucho más extenso y de larga duración. Lo único razonable parece, pues, seguir la ruta diplomática, construir una región integrada donde todas las fuerzas en presencia tengan interés en mantener el nuevo status quo. Esto exigiría un giro de 180 grados de la política americana, en lugar del clásico 'divide et impera' colonialista habría que renunciar a explotar las diferencias étnicas y religiosas (sunni/chiíta) y construir una red de intereses entre los países de la zona similar al que ha terminado por implantarse en el Asia poscolonial, los famosos 'tigres asiáticos' para los que el Mercado Común europeo ha sido un modelo lejano. Exigiría también renunciar al 'cambio de régimen' en Irán, reconocer la legitimidad de su sistema y trabajar juntos en la reconstrucción de Irak y en la desactivación de las otras guerras civiles: Afganistán, Líbano, Palestina, Pakistán quizá. Se requeriría asimismo un nuevo tratado de seguridad nacional que garantice la inviolabilidad de las actuales fronteras y un sistema de control de armamento en el que estén comprometidos todos los países del Golfo. Finalmente, desarrollar un instrumento de resolución pacífica de disputas entre los miembros no muy distinto a los existentes en la UE.¿No comprometería este plan los intereses de EE UU en el área? Paradójicamente, los propios países del Golfo serían los primeros interesados en la continua presencia de los americanos en la región para garantizar que ningún Estado abuse o transgreda las nuevas reglas del juego. Europa y Asia, tras la II Guerra Mundial, son ejemplos evidentes de este supuesto. Incluso Rusia y China estarían de acuerdo en que EE UU garantice la estabilidad y los suministros energéticos en Oriente Medio.
JAVIER VEGA
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