La actitud de los antiguos hacia el mar. Los pueblos antiguos tenían un gran temor al mar, y verdaderamente había razones para tenerlo ya que los ya que los marineros no tenían cartas náuticas de los mares, o brújula para guiarse. El viajero por mar tenía sus inconvenientes, y las tempestades con frecuencia causaban grandes demoras en el arribo al puerto deseado. Ordinariamente el Mar Mediterráneo estaba cerrado al tráfico marítimo durante los meses de invierno. El barco en el que Pablo va a Roma, tuvo grandes dificultades, porque los que mandaban se arriesgaron llevando el barco a otro puerto antes que el invierno se estableciera. "Y no habiendo puerto cómodo para invernar, muchos acordaron pasar aún de allí, por si pudiesen arribar a Fenice e invernar allá” (Hech 27: 12) El salmista nos ha hecho una descripción gráfica de una tempestad en el mar y el modo de librarnos Dios de ella (Sal. 107:25-30). La descripción inspirada del apóstol Juan acerca del cielo fue originalmente dada a los hombres que andaban en grandes peligros y errores de las experien¬cias marinas, y a ellos les escribió lo concerniente a la nueva tierra: "Y vi un cielo nuevo...; el mar ya no es” (Apoc. 21:1). Viajar por mar en los primeros tiempos era una empresa que sólo se acometía cuando era absolutamente necesario.
Rutas de los barcos. Es importante recordar que en los tiempos bíblicos, los barcos que transitaban por el Mediterráneo se guardaban tan cerca de la costa como les era posible. Así es que las rutas del tráfico marítimo eran a lo largo de las costas, o de un promontorio a otro. Cuando el apóstol Pablo volvía de uno de sus viajes misioneros, viajó por mar de Efeso a Cesárea. Su barco se guardaba cerca de la costa e iba de puerto a puerto y Pablo algunas veces tenía tiempo de visitar a sus amigos (Hech. 21:1-8). En aquellos días el tamaño pequeño de los barcos a menudo hacía necesario que los pasajeros bajasen a tierra para pasar la noche, y encontrar un lugar dónde dormir, e ise al barco a la mañana siguiente.
Naciones marítimas. Los barcos egipcios fueron de los primeros que navegaron en el Mediterráneo y barcos ligeros de papiros (Isa. 18:2). Estos barcos eran piloteados tanto por egipcios como por etíopes en el río Nilo. Los fenicios fueron los más famosos comerciantes, marinos y viajeros de los tiempos antiguos. El barco en que Jonás hizo su viaje era sin duda manejado por estos marineros (Jonás 1). Las islas de Creta y de Chipre vinieron a ser centros famosos de embarque, y los filisteos antiguos tenían sus barcos sobre las aguas del Mediterráneo. En tiempos del Nuevo Testamento eran los griegos y los romanos quienes eran especialmente famosos por sus actividades marítimas. Pero ¿qué acerca de los hebreos? El patriarca Jacob hizo sus predicciones acerca de la tribu de Zabulón: "en puertos de mar habitará” (Gén. 49:13).
Pero la costa Palestina no siempre estaba ocupada por el pueblo hebreo. Otras naciones vinieron a ser navegantes, y por la mayor parte, los judíos probablemente se contentaron con alquilarse ocasionalmente a aquellos capitanes extranjeros como marineros. El salmista dice: "Los que descienden a la mar en navíos, y hacen negocios en las muchas aguas” (Sal. 107:23).
Israel sí tuvo una grande experiencia con los barcos en los tiempos del rey Salomón. David había conquistado a los edomitas y así estuvo en posesión de los dos puertos de Eloth y Ezión-geber en el Mar Rojo. Así Salomón heredó buenos puertos para sus barcos. Se hicieron arreglos con Hiram rey de Tiro, para que enviase carpinteros que construyesen barcos para Salomón. "Los cuales fueron a Ophir, y tomaron de allí oro. . . y trajéronlo al rey Salomón” (1 Reyes 9:27, 28). Años más tarde el rey Josafat de Judá se unió al rey Ochozías de Israel en una expedición náutica similar, pero no aprobó el Señor esta alianza, y así no fueron porque se rompieron los barcos en Ezión-geber (1 Reyes 22:48). Mientras tanto el rey Joram, sucesor de Josafat reinaba, los edomitas se libertaron a si misinos del yugo hebreo, y entraron en posesión de sus puertos en el Mar Rojo. Con esto terminaron las experiencias navales en aguas del océano por muchas generaciones por venir, aun cuando Elotli ha venido a ser puerto importante de la moderna nación de Israel. En tiempos del Antiguo Testamento se usaban botes para cruzar las aguas del Mar de Galilea.
Cómo eran impulsados los barcos. Se usaban dos métodos. Barcos de guerra, aunque provistos de velas, eran impulsados principalmente por medio de remos. Los barcos mercantes dependían la mayor parte, de las velas, pues muchos de los navegantes acudían a los remos cuando se hacía necesario. Así los hombres que piloteaban el barco de Jonás, el cual era un barco mercante, "trabajaron por tornar la nave a tierra; mas no pudieron” (Jonás 1:13). La tempestad era muy grande para ellos. El barco en que Pablo viajaba cuando se desató la tormenta en el Mar Mediterráneo, era uno de vela, y sin remos, para que los marineros no remaran (Hech. 27)
El barco fenicio en que iba Jonás. El primer capítulo del libro de Jonás nos da una interesante descripción acerca de los barcos antiguos. El barco navegaba de Jope a Tarsis como barco mercante; porque cuando se desató la tormenta los hombres "echaron a la mar los enseres que había en la nave” (Jonás 1:5). Eran pocos los barcos exclusivos para pasajeros en aquellos días, ya que la mayor parte de la navegación, si no toda, se hacia en barcos mercantes. Los pasajeros, por supuesto, pagaban sus pasajes por sus viajes, como lo hizo Jonás (verso 3). Cuando llegó la tormenta, los marineros descubrieron que "Jonás empero se había bajado a los lados del buque” (verso 5). Esto quiere decir que había "bajado a la cubierta", a la parte baja del barco. La palabra "maestre de la nave" usada en verso 6 quiere decir el principal de los marineros, o como decimos nosotros, el capitán del barco. El verso 13 menciona el uso de los remos cuando el barco estaba en medio de la tormenta, en un esfuerzo inútil para traerlo a tierra.
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