Después de la victoria de Alejandro Magno, los juegos y los de¬portes gimnásticos de los griegos se fueron introduciendo en Palestina, y en Jerusalén se construyo un gimnasio. Estos eventos atléticos agradaron a los gentiles, pero eran repugnantes a los Judíos piadosos, porque eran de un carácter desmoralizador. Los que tomaban parte en estas contiendas, lo hacían desnudos. Bajo el gobierno de los Macabeos estos espectáculos se acabaron, pero Herodes el grande los restauró, construyendo un teatro en Jerusalén, y en otras par¬tes. Los romanos tenían muchas de las costumbres atléticas griegas, pero llegaron a darle una importancia especial a sus espectáculos de gladiadores.
LOS JUEGOS OLIMPICOS GRIEGOS
Carácter de los juegos olímpicos. Aunque los cuatro principales juegos griegos eran: Los Isthmicos, los Nemean, los Phythian, y los Juegos Olímpicos, los últimos eran sin duda los más celebrados.
Tenían lugar cada cuatro años en Olympia en honor del dios Zeus. El evento daba principio con una presentación especial de ofrendas a varios dioses y héroes. Después de esto había cuatro carreras cor¬tas para determinar al vencedor; luego se hacían las carreras largas; y luego venia una contienda de quíntuplo naturaleza que incluía saltos, carreras, tejos, lanzamiento de lanza, y lucha; luego había las carreras de carros, boxeo, carreras con armaduras, y contiendas entre heraldos y trompeteros.
Preparación para los juegos olímpicos. Los que tomaban parte en las competencias estaban bajo reglas muy rígidas, que principiaban con una dieta prescrita para sus comidas en los hogares, y por treinta días antes de principiar los eventos, todos residían en un lugar donde pudieran estar en constante supervisión. Tenían que confor¬marse con la abstención de golosinas, a ejercitar sus cuerpos regu¬larmente, y a obedecer todas las reglas de los juegos cuando se celebraran los eventos. El apóstol Pablo se refiere a esta disciplina propia cuando escribe a los corintios: "Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene” (1 Cor. 9:25). Y al joven Timoteo dice: "Y aun también el que lidia, no es coronado si no lidiare legítimamente” (2 Tim. 2:5).
Trofeos para los vencedores en los juegos. Cuando se terminaba un evento atlético, un heraldo proclamaba en voz alta el nombre del vencedor y la ciudad de donde procedió. Se le entregaba un ramo de palma por los jueces, entregándose los premios el último día de los juegos. Llegó a ser costumbre el dar a los vencedores una corona hecha de hojas de lo que se consideraba ser un árbol sagrado, el olivo silvestre. Pablo se refiere a la naturaleza incorruptible de la co¬rona del cristiano, en contraste con un premio de los juegos griegos el cual perece. "Y ellos, a la verdad, para recibir una corona co¬rruptible: mas nosotros, incorruptible” (1 Cor. 9:25). Pedro abun¬daba en el mismo pensamiento cuando escribió: "Vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria” (1 Pedro 5:4).
Alusiones a las carreras en las Epístolas. Pablo se compara a un corredor olímpico cuando escribe: "Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús" (Fil. 3 :14). En cuanto a su despedida, él declara: "He acabado la carrera” (2 Tim. 4:7). El escritor de los Hebreos mira la carrera cristiana como es¬tando frente a una multitud de espectadores: "Por tanto nosotros también, teniendo en derredor nuestro una tan grande nube de tes¬tigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta” (Heb. 12:1).
Alusiones a la lucha y boxeo en las Epístolas. Al escribir acerca de la competencia del cristiano con los poderes de Satanás, Pablo lo asemeja a un partido de lucha, tal como era parte de la activi¬dad del festival de Juegos Olímpicos. La contienda era entre dos hombres y cada uno procuraba arrojar al suelo al otro hombre, y cuando uno de ellos lo conseguía primero, arrojándolo al suelo, mante¬nía abajo al oponente con las manos en el cuello, y era declarado vencedor. Cuando Pablo escribió a los romanos "que me ayudéis con oraciones por mí a Dios” (Rom 15:30), el deseaba que pusieran en sus oraciones tal energía como un luchador ponía sus esfuerzos para vencer cii la contienda Al escribir a los corintios Pablo claramente se refiere al boxeo El dice de esta manera "Peleo no como quien hiere al aire antes hiero mi cuerpo y lo pongo en servidumbre” (1 Cor. 9:26, 27). El pensaba tener su cuerpo bajo control, porque sí uno lo hiciera, entonces seria descalificado para ser un obrero cristiano efectivo.
Alusiones a varias ideas atléticas en el Nuevo Testamento. El apóstol Pablo era adicto a hacer uso del atletismo para ilustrar la verdad. A los filipenses les habló de "combatiendo juntamente por la fe del evangelio” (Fil. 1:27). Las palabras "combatiendo junta¬mente" quieren decir "actuando como atletas en concierto”. En el lenguaje del atletismo moderno, él pensaba en la importancia del "equipo espiritual" en el trabajo de la Iglesia. Y cuando Pablo pen¬saba en dar una cariñosa reprensión a dos mujeres de Filipo que no tenían las mismas ideas, también las cumplimentaba refiriéndose a ellas como "las que trabajaron juntamente conmigo en el evangelio” (Fil. 4:3). Aquí también la referencia es a los atletas. Estas mujeres eran atletas espirituales. El decía que habían trabajado juntamente con él, como los jóvenes trabajaban juntos para ganar una contien¬da atlética. Judas escribió a sus lectores, insistiendo "que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3). El usaba otra palabra atlética.
ESPECTÁCULO DE LOS GLADIADORES ROMANOS
Una de las principales formas de diversión de los romanos dc la primitiva era cristiana fue condenar a los criminales, especial¬mente a los cristianos, a pelear con los leones, osos, elefantes o tigres en el anfiteatro del Imperio, delante de grandes multitudes de es¬pectadores. Las multitudes urgían a las bestias arrojándoles dardos o gritando en un mal espíritu, para luego ver a las pobres víctimas hechas pedazos por el animal. Pablo se refiere a esta práctica cuando dice: "Si como hombre batallé en Efeso contra las bestias” (1 Cor. 15:32). Se cree sin embargo, que Pablo estaba comparando sus mas amargas experiencias en Efeso (Hechos 19), con tal con¬tienda en el anfiteatro, porque él mismo era ciudadano romano, y los romanos no permitían que un ciudadano fuera sujeto a degene¬ración tal como pelear con las bestias. El escritor de los Hebreos compara las experiencias de sus oidores a lo que sucede en la arena. "Por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo” (Heb. 10:33).
Los romanos tenían una costumbre en la arena, a la cual Pablo se refiere. A menudo permitían a los hombres que peleaban con las bestias en la mañana, tener armadura y equipo para pelear contra los animales. Pero en el último evento que se realizaba cerca del mediodía, los hombres que estaban desnudos y sin ninguna armadura o defensa eran traídos soltando a los animales sobre ellos Así al relatar el sufrimiento de los apóstoles, Pablo dice: “Porque a lo que pienso, Dios nos ha mostrado a nosotros los apóstoles por los postreros, como a sentenciados a muerte Porque somos hechos espectáculo al mundo, y a los ángeles, y a los hombres” (1 Cor 4: 9).
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