Carácter y extensión de la esclavitud. En el primer siglo la vida humana ciertamente se cotizaba ésta muy bajo, porque se ha esti¬mado que la mitad de la población del Imperio, o cerca de sesenta millones de gentiles, eran esclavos. Los propietarios de esclavos se hicieron brutales, y los esclavos mismos no tenían esperanza, pues muchos de ellos estaban corrompidos. La mayor parte de estos escla¬vos habían sido conquistados en guerra. Algunos de los cautivos eran mas educados que sus captores. Sucedió así que algunas veces los esclavos griegos se convirtieron en maestros de escuela para los familiares de sus amos.
La ley romana y el esclavo. Bajo la ley romana, el esclavo no tenía los derechos, o tal protección como la que se disfrutaba bajo la ley hebrea. El amo podía mandar crucificar a un esclavo por cualquiera razón. Augusto César mandó crucificar treinta mil esclavos durante su reinado. Un esclavo que robaba podía ser marcado en la cara por su amo con las letras C. F. que representaban las palabras Cave Furem que querían decir "he aquí al ladrón". Y en el caso de esclavos que se escapaban, si eran aprehendidos, su amo podía marcarlos, aumentarles la labor acostumbrada, o podía mandarlos matar si así lo deseaba. La ley le permitía ser reinstalado con misericordia, por la intercesión de un amigo especial del amo. El apóstol Pablo era amigo de Filemón y fue quien intercedió en favor del esclavo escapado, Onésimo. La Epístola a Filemón es el ruego de Pablo a su amigo en favor del esclavo convertido. Sin duda Filemón dio a Onésimo su libertad después de recibir la carta de Pablo.
Actitud de los apóstoles hacia la esclavitud en el Imperio Romano. No trataron de quitar ese mal terrible inmediatamente. Esto habría sido una tarea sin esperanza, y tal pretensión habría sido sin duda aplastada por la mano de hierro de Roma. Más bien ellos se satis¬facían con predicar los principios cristianos, y predicar el evangelio de la liberación del pecado de tal manera que el resultado llegara a ser la abolición de la esclavitud humana a través del poder conquistador de Cristo. La carta de Pablo a Filemón sin duda ha hecho más para dominar la esclavitud que cualesquiera otro documento escrito.
Uso en el Nuevo Testamento de la palabra "esclavo" con relación a Cristo. En vista de la manera cómo eran tratados los esclavos con frecuencia en el primer siglo, es interesante que los apóstoles una y otra vez se llamaron a sí mismos los esclavos de Cristo. Pablo se refiere a él mismo (Rom. 1:1 y Fil. 1:1), Santiago, Pedro y Judas hacen lo mismo (Sant. 1:1; 2 Ped. 1:1; Judas 1). Ser esclavo de Cristo era ser libertado para Dios (1 Cor. 7:22). Por supuesto, algu¬nos de estos esclavos del primer siglo eran tratados como amigos en quienes se depositaba la confianza, amando ellos realmente a sus amos y sirviéndoles fielmente. Este es el cuadro de los verdaderos creyentes con relación a Cristo. Cristo es nuestro Dueño, y nosotros sus esclavos amantes y voluntarios.
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