La otra cuestión es, por supuesto, cómo tratar con países que ya están enfrentando el riesgo de que su orden entre en un estado de flujo, a saber, Irak, Irán y Afganistán. En ninguno de estos casos podemos decir que se garantiza el optimismo.
Sin embargo, en el caso de Irán, por ejemplo, el Ministro de Exteriores iraní y yo tenemos una relación actualmente mediante la cual podemos tener fácilmente conversaciones por teléfono y yo tengo la intención de mantener nuestra relación para que podamos continuar haciéndolo. Japón disfruta de una posición muy inusual en la comunidad internacional, capaz de mantener conversaciones con cualquier país de todo el Medio Oriente en el sentido más amplio. Yo considero que esto es un activo clave para la diplomacia del Japón.
La diplomacia, por supuesto, es realmente un arte en el fondo – el arte de la persuasión. Este año, planeo que nuestro personal del Ministerio de Asuntos Exteriores se familiarice extremadamente bien con el arte de la persuasión al involucrarse con Irán.
Hoy no mencionaré más sobre Irán y Afganistán, pero hay tres ideas que quisiera dejarles hoy.
La primera de estas es que Japón durante los últimos años ha apretado los dientes y continuado invirtiendo en estos dos países de diversas maneras – en términos de recursos humanos, bienes y capital, relacionados con asuntos económicos, políticos y también de seguridad nacional. En Irak, la gente de nuestro Ministerio hasta ha perdido la vida durante su servicio a la sociedad. Habiendo superado la tragedia de la pérdida de nuestros colegas, si ahora retrocediéramos por miedo, ¿qué propósito tendrían nuestros múltiples esfuerzos allá?
Casualmente, quisiera añadir que con la esperanza de ayudar a promover la reconciliación entre la gente de Irak, estamos planeando organizar un pequeño Seminario de Reconciliación Nacional aquí en Japón en marzo.
El segundo punto que quisiera que recordaran hoy es que, a menos que seamos capaces de detener el derramamiento de sangre en Irak y Afganistán, no será ninguna sorpresa si la violencia que ocurre entre las facciones religiosas y por parte de los extremistas terroristas se extienda más allá del Medio Oriente a diversas regiones del mundo. En ese sentido, este asunto es de la mayor urgencia.
Trabajando para eliminar la hostilidad y consolidar la confianza
La tercera idea que quiero dejarles hoy es una que siempre es un tema importante y es, a saber, que la imagen del Japón, sea en Irak o Afganistán – o, para ese caso, en cualquier lugar del Medio Oriente – parece no ser nada negativa. Podría ser presuntuoso de mi parte hacer tal afirmación, pero este parece ser realmente el caso.
Parece, de alguna manera, que no hay malos sentimientos hacia los japoneses en los países del Medio Oriente. En cambio, lo que a menudo oímos es que la gente tiene una imagen positiva del Japón como un raro ejemplo de un país no europeo occidental que se ha modernizado exitosamente mientras mantiene sus propias tradiciones.
Para darles una perspectiva diferente de esto, un columnista en Irak escribió un artículo en el periódico que decía algo como “Japón, para mí, siempre ha sido parte de mi imaginación desde que era pequeño... Los japoneses siempre han estado aquí con nosotros, junto con UFO Robo Grendizer y el Capitán Majed.”
Entonces, ustedes ven, el anime japonés es muy bien recibido en esta región del mundo también. UFO Robo Grendizer es una serie de anime basada en robots, creada por Go Nagai; el Capitán Majed es el nombre árabe de nada menos que nuestro Capitán Tsubasa.
Ambos son clase aparte en su popularidad en Irak y, realmente, en todo el Medio Oriente. Sin embargo, a pesar de estos campos fértiles que existen para Japón en esta región, Japón no ha tenido éxito en regar estas cosechas. Necesitamos presionar un poco más para mejores esfuerzos de relaciones públicas.
De todas formas, si realmente es el caso que Japón es un país suficientemente afortunado para ser visto sin particulares prejuicios por los diversos países y facciones alrededor de la región, entonces eso sugiere que un papel único ha surgido para Japón.
Aun personas que, si no hubieran venido al Japón, nunca habrían interactuado en todas sus vidas, y podrían incluso haber llegado a odiarse, pueden discutir asuntos con plena tranquilidad cuando la sede es Japón. Esto se debe a que, si alguien viniera a una reunión en Japón, no sería marcado con una etiqueta particular. En otras palabras, Japón es capaz de desempeñar un papel importante tanto en eliminar la hostilidad como en consolidar la confianza y, realmente, este es un papel que debería asumir.
Japón reúne a familias afectadas tanto de Israel como de los Territorios Palestinos, víctimas del terrorismo, permitiéndoles experimentar sus sentimientos comunes de dolor. Cuando supe por primera vez que diversas autoridades locales en Japón están llevando a cabo programas que aprovechan estos sentimientos compartidos para buscar vías de reconciliación, me sentí verdaderamente encantado. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha venido ofreciendo asistencia para estos esfuerzos.
(Sr.Taro Aso, Ministro de Asuntos Exteriores)
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