Con eso quiero decir que es indispensable que aseguremos y luego reforcemos la máxima estabilidad en la región, llevando a un orden más tranquilo y más estable. Esto puede lograrse haciendo pleno uso de los recursos económicos, los recursos intelectuales, y los recursos diplomáticos del Japón, en lo que yo llamo un esfuerzo “todo Japón”.
Cuando hablo de esto a los arabistas de mi ministerio o a nuestros especialistas que hablan persa o turco o hebreo, quiero que ellos estén llenos de anticipación y emoción por lo que eso implica. Asistir en traer estabilidad a la región del Medio Oriente, una tarea con verdadero significado en la historia del mundo, es el trabajo que está frente a nosotros ahora.
Un corredor para la paz y la prosperidad
Entre estos, la enorme importancia del proceso de paz en el Medio Oriente – es decir, de lograr la coexistencia permanente entre Israel y Palestina – no puede enfatizarse lo suficiente.
Si el orden en la región se hiciera turbulento con este asunto como su centro sísmico, o aun en el caso contrario, en el cual esta área alcanzara un estado de máxima estabilidad, un tipo de efecto multiplicador se desarrollaría, con implicaciones en toda la región.
Un nuevo impulso ha surgido para la paz en el Medio Oriente. En los Territorios Palestinos, un gobierno de unidad nacional está ahora finalmente buscando tomar forma. Creo que debemos fortalecer este impulso intercambiando visitas de alto nivel repetidamente entre Japón e Israel y Japón y Palestina, mientras trabajamos juntos con los poderes importantes de la región, tales como Egipto y Arabia Saudita.
El concepto de crear un Corredor para la Paz y la Prosperidad, propuesto por Japón, tiene una particular importancia en este momento.
Japón está haciendo un llamado a la creación de este Corredor para la Paz y la Prosperidad en una ruta comenzando desde el territorio en la ribera occidental del Río Jordán, mejor conocida como la Ribera Occidental, a través de Jordania y más allá, llegando a los estados del Golfo.
La Ribera Occidental del Valle del Jordán, en la cual residen los palestinos, tiene una franja plana de tierra, rara para esta región, de unos 1.000 kilómetros cuadrados, un área como la mitad del tamaño de Tokio. Solo como un breve resumen de la iniciativa del Corredor, esta área se utilizaría como el punto central para la agricultura de alto valor agregado.
(Sr.Taro Aso, Ministro de Asuntos Exteriores)
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