El vivir en tiendas es de origen muy antiguo según la Biblia. Se remonta hasta antes de los días de Abrahán. En las Sagradas Escrituras encontramos la primera referencia a esa vida en Génesis 4:20, cuando se refiere a un hombre llamado Jabal, que “fue el padre de los que habitaron en tiendas”.
Después del diluvio se dice en las Sagradas “Dios engrandezca a Japhet, y habite en sus tiendas de Sem” (Génesis 9:27). Los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob pasaron la mayor parte de su vida en tiendas en la tierra de Canaán y sus alrededores. Se dice de Abraham que “levantó su tienda” cerca de Bethel (Gén. 12:8). De Isaac se dice que “levantó su tienda" en el Valle de Gerar (Gén. 26:17). Y de Jacob, que “levantó su tienda” frente a la ciudad de Sichem, (Gén. 33:18). Los hijos de Israel vivieron en tiendas durante su peregrinación por el desierto durante cuarenta años. De ellos dice Moisés "los hijos de Israel asentarán en tiendas, cada uno en su escuadrón" (Núm. 1:52). Refiriéndose a Balaam, dice: “alzando sus ojos vio a Israel alojado por sus tribus” (Núm. 24:2).
Por muchos años después que Israel entró a poseer la Tierra Prometida aún vivían en sus tiendas. Al rey David le fue dicho en sus días: "El arca, e Israel, y Judá están debajo de tiendas" (2 Sám. 11:11), lo que indica que la mayoría de las gentes moraban en tien¬das. En tiempos de las diez tribus comandadas por Jeroboam el grito que se oía era "Israel, a tus estancias" (1 Reyes 12:16). Cuando las tribus se reunían en lugares pequeños como Gilgal y Silo, siempre llevaban consigo sus tiendas. Y cuando el templo fue terminado en Jerusalén, y el pueblo hacía sus peregrinaciones para ir a la celebración de las fiestas del Señor, algunos millares de ellos dormían en tiendas que levantaban en las laderas de las montañas que rodean la ciudad.
Como los judíos de antaño, los nómadas o árabes beduinos de Palestina, y especialmente de la Transjordania, por siglos han morado en sus tiendas, y su manera de vivir es bastante parecida a la de las gentes de la Biblia. De ahí que un estudio de la estructura de las tiendas de las tierras bíblicas de hoy día, arrojará mucha luz sobre la manera de vivir de los hombres de los primitivos tiempos bíblicos. Con tal estudio estaremos capacitados para imaginarnos el fondo para entender la vida y las contribuciones de esos hombres de épocas pasadas.
La habitación de los beduinos es su tienda, la que es fabricada con telas de pelo negro. Se llama beit sha'ar, "casa de pelo". Se fabrica con una tela basta, y sirve para proteger a la familia de los vientos fríos del invierno. En el verano, los lados de la tienda se levantan, y sirve entonces como sombra. La tela de pelo de cabra usada para hacer estas tiendas es porosa, cuando está seca; pero con las primeras lluvias de la estación se aprieta el tejido de manera que se convierte en impermeable.
En el libro del Cantar de Cantares de Salomón se habla de estas tiendas de pelo negro de cabra cuando leemos: "Morena soy, oh hijas de Jerusalén... como las cabañas de Cedar" (Cant. 1:5). Para fabricar las tiendas de los beduinos se usa el mismo material llamado cilicio en los días de la Biblia. Debemos recordar que el cilicio oriental no se parece al cotense occidental, sino que es un material hecho de pelo de cabra espinoso y basto. El apóstol Juan al comparar las tinieblas a este cilicio, dice: "el sol se puso negro como saco de cilicio" (Apoc. 6:12). En tiempos bíblicos se usaba el saco de cilicio para demostrar la tristeza (Gén. 37:34; 2 Sam. 3:31); como signo de humillación (1 Reyes 29:1); como signo de arrepentimiento (Dan. 9:3; Jonás 3:5).