La posición de la esposa en relación con el esposo. La mujer tiene una posición subordinada a la del esposo, al menos en las labores hogareñas, sino en naturaleza. La mujer hebrea antigua no gozaba de una libertad ilimitada como las mujeres modernas de Occidente la tienen. En el Oriente el intercambio social entre los sexos está marcado con un grado de reserva no conocida en ninguna parte. El Dr. Thornpson dice, "Las mujeres orientales nunca son estimadas o tratadas como iguales a los hombres". Nunca comen con ellos, sino que al esposo y los hermanos se les sirve primero, y la esposa, la madre y hermanas esperan para tomar lo que queda. En un paseo la mujer nunca va del brazo de los hombres, sino que sigue a una respetuosa distancia; la mujer es, por regla, estrechamente vigilada y observada con celo; cuando sale, va con velo de la cabeza a los pies.
Esta actitud hacia las mujeres puede ilustrarse en la Biblia. Notad cómo a las esposas de Jacob cuando viajaban se les daba lugares aparte y no con él (Gen. 32). No se dice que la madre del hijo pródigo estuviera presente en la fiesta que el padre ofreció a su hijo (Luc. 15:11.32). Esto está de acuerdo con la costumbre oriental. Pero a pesar de estas cosas, debe entenderse que el Antiguo Testamento no califica a la mujer como mera esclava del marido. Ella tiene gran influencia para bien o para mal sobre su marido. Y él muestra gran respeto para ella en la mayoría de los casos. Sara fue tratada por Abrahán como una reina, y en asuntos de familia ella gobernaba de muchas maneras. Abraham le dijo acerca de Agar, la madre de Ismael, "He ahí tu sierva en tu mano, haz con ella lo que bien te pareciere" (Gen. 16:6). El tributo a una esposa madre hebrea en el libro de los Proverbios indica que ella era una persona de gran influencia sobre su marido: "El corazón de su marido está en ella confiado" (Prov. 31:11). "Abrió su boca con sabiduría" (Prov. 31:26). "Sus hijos llamáronla bienaventurada; y su marido también la alabó" (Prov. 31:28).
Posición de la madre en relación con los hijos. Los niños de Oriente muestran casi el mismo respeto hacia su madre que hacia su Padre. Se cree que la madre tiene derecho a ser honrada y tener la autoridad de Dios. En realidad, al padre y a la madre se les mira como teniendo la representación de Dios en asuntos de autoridad. Se les considera en esta posición a pesar de lo malo que cumplen sus obligaciones. Los niños hebreos tienen por lo general un gran respeto para sus madres, aun cuando lleguen a ser adultos. Esto puede ilustrarse por la gran influencia que ejercían por las reinas-madres sobre los reyes de Judá e Israel (1 Reyes 2:19; 2 Reyes 11:24:12; etc.).
Posición superior de la mujer judía respecto a las mujeres paganas. La degradación de las mujeres del Oriente es asunto de conocimiento común. En muchos casos ella es muy semejante a una moza, esclava, o pasatiempo de los hombres, más que la compañera del hombre como lo es en el Occidente. Esta situación ha existido por siglos. Pero la posición de la mujer hebrea era siempre muy superior a la de las mujeres paganas, mucho antes de que la cristiandad tuviera su origen entre ellas. Acerca de esta superioridad en relación a los árabes, el Dr. Thompson testifica:
“La posición de las mujeres entre los hebreos, era más alta entre los árabes, y el carácter dc la mujer hebrea debe haber sido, realmente, tal como podría demandar respeto y sostener esta alta posición. Los árabes no pueden mostrar una lista de mujeres piadosas, ilustres como la que adorna la historia de los hebreos. Ninguna madre beduina enseñó, o pudo enseñar tal «profecía» como el rey Lemuel aprendió de la suya; ni podría el cuadro de la mujer virtuosa que se nos da en el último capítulo de Proverbios, ser copiado por un árabe. Que él así conceptuara el carácter de una mujer árabe, sería una imposibilidad moral".
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