En estas humildes casas de Palestina el techo se construye con vigas de madera que alcanzan de pared a pared, luego se pone una capa de pasto, o quizá de ramas poniéndose sobre ésta una capa de tierra o arcilla; luego se riega sobre ella arena y gravilla, pasándose luego sobre ella un rodillo de piedra, el cual permanece sobre el techo para usarlo varias veces apisonando el techo y con especialidad durante las primeras lluvias, para que así no se escurra el agua al través. Se construía un pretil o parapeto con trechos en las casas antiguas para permitir escurrir el agua de lluvia, y para evitar la caída de alguna persona.
El no construir dicho pretil en los tiempos modernos ha causado accidentes con alguna frecuencia. La Ley de Moisés es muy definida al ordenar la construcción del pretil mencionado. El reglamento dice: "Cuando edificares casa nueva, harás pretil a tu terrado, porque no pongas sangre en tu casa si de él cayere alguno" (Deut. 22:8). El uso común de la casa para tantas cosas, hicieron esencial esta ley, como podemos comprender.
Hierba en los Techos. Estando los techos de la casa en gran parte hechos de tierra y arcilla podemos imaginarnos cómo crecerá la hierba encima de las casas, como lo indican las referencias bíblicas "serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca" (Sal. 129:6; véase también 2 Reyes 19:26; Isa. 37:27). Ejemplos de esto en techos similarmente construidos se ven con frecuencia en los tiempos modernos. En un libro publicado en la última parte del siglo XIX hay una fotografía de un techo palestino cubierto con hierba en crecimiento. El pie de la fotografía es el siguiente: "Este es un buen ejemplo de la apariencia de hierba sobre los tejados". Después de las lluvias de invierno, todo edificio con techo de lodo está sobrecargado de yerbas, las cuales pronto perecerán.
Techo con goteras. Se puede entender lo natural que será que techos de tierra, después de fuertes aguaceros, produzcan goteras: lo que hace inconveniente para la familia vivir en esas casas. Los viajeros que pasan la noche en una de esas habitaciones, han tenido a veces que mover su cama, por causa de las goteras causadas por el agua de lluvia. El libro de los Proverbios compara estas goteras a una mujer rencillosa (Prov. 19:13; 27:15). Excavaciones de los ladrones. Ya que las paredes de las casas frecuentemente se construyen con tierra y arcilla, o de piedras pegadas con lodo, es tarea fácil para los ladrones hacer un agujero y entrar a la casa. La referencia que tenemos en Job dice: "En las tinieblas miran las casas, que de día para sí señalaron; no conocen la luz" (Job 24:16). También Jesús a esto aludió en su gran Sermón de la Montaña: "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan" (Mat. 6:19; 24:43).
Víboras en las paredes. Ya que las paredes de las casas han sido construidas de piedra y que las junturas son anchas e irregulares, fácil es para las víboras entrar en esas aberturas e intempestivamente entrar en contacto con los habitantes. Acerca de esta clase de casas el profeta Amós habla de un hombre que "entrare en casa y arrimare su mano a la pared y le muerde la culebra" (Amós 5:19).
Ventanas. Las casas orientales tienen pocas ventanas, las cuales se abren hacia la calle, y éstas son bastante altas. Por regla general las ventanas tienen barrotes de madera que sirven de protección contra los ladrones, y la parte baja de la ventana tiene una especie de "biombo enrejado". "Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía" (Prov. 7:6) - Postigos de madera cierran las ventanas por la noche. Cuando se abre la ventana los que están dentro de la casa pueden ver hacia fuera sin ser vistos ellos mismos. Puertas. Tanto las puertas como las ventanas ordinariamente eran construidas de madera de sicómoro. Sólo por lujo de los ricos y como ornamento eran construidas de cedro (cf. Isa. 9:10).
Las puertas se montaban sobre bisagras y "Se revolvían sobre sus quicios" (Prov. 26:14). Las puertas quedaban firmes al cerrarse, y esto se lograba con el uso de barrotes de madera (Prov. 18:19) – La puerta de la casa consistente en un solo cuarto y propiedad de un labriego, se abre antes de la salida del sol y queda abierta durante el día como invitando a la hospitalidad. En Apocalipsis se dice: "He aquí, he dado una puerta abierta" (Apoc. 3:8). El cerrar la puerta indica que sus habitantes han hecho algo de qué avergonzarse (cf. Jn. 3:19). Al ponerse el sol, se cierra la puerta permaneciendo así toda la noche (cf. Luc. 11:7).
El reglamento para abrir la puerta de una casa sencilla o chica no es observado en las ciudades en casa de más de una pieza. La referencia de nuestro Señor Jesucristo llamando a la puerta se refiere a ella (Apoc. 3:20). La diferencia entre las casas de un morador de una villa y de una morador de la ciudad, debe siempre establecerse para poder entender las referencias escritúrales respecto a las casas.
Los muebles de una casa en Palestina, cuando ésta consta de una sola pieza, fueron y aún son sencillos. Las esteras y almohadones se usan en el día para sentarse, los tapetes y las esteras sirven para dormir por la noche. Debe haber utensilios de arcilla para las necesidades del hogar, además algunos de metal. Habrá una arca de madera para guardar la ropa de cama, una lámpara sobre su pie o sobre el almud, una escoba para el barrido, molino de mano para moler el grano y los botes de cuero de cabra en que se guardan los líquidos. El fogón debe estar en el suelo, pero casi siempre en el centro de la pieza. Esto da un cuadro general de los muebles para el promedio de las casas en Palestina. La parábola del amigo inoportuno que relató Jesús si se entiende a la luz de una casa oriental de una sola pieza, nos dará idea del arreglo para pasar la noche. “Díjoles también: ¿Quién de vosotros tendrá un amigo, e irá a él a media noche y le dirá: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío que ha venido a mí de camino, y no tengo qué ponerle delante conmigo en cama; no puedo levantarme, y darte” (Luc. 11:5-7). Entre el común de la gente de la Tierra Santa,
las camas individuales en cuartos separados no se acostumbran. En su lugar, el arreglo que se hace para dormir es semejante al de la parábola; actualmente en Siria y Palestina entre países labriegos se usan los mismos arreglos ya descritos. Los colchones se extienden lado a lado dentro de la pieza en una línea tan larga como sea necesaria para que todos los miembros de la familia duerman juntos. El padre duerme en un extremo de la línea y la madre en el otro para cuidar que los niños al rodarse no se salgan de debajo de la colcha. Así es que el hombre estaba en lo cierto cuando dijo en vía de excusa, "mis niños están conmigo en cama”.
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