Entre los árabes beduinos donde los camellos requieren la atención de los hombres, la tarea de cuidar las cabras es asignada a jóvenes de la casa. Estas pastorcitas algunas veces tienen dificultades para dar agua a sus ganados, si acaso los pastores de los rebaños de camellos vienen en uno de sus períodos de cinco días de pasto sin agua. Las mujeres no son consideradas, a pesar de su sexo, por estos hombres. La Historia Sagrada nos relata cómo Moisés protegió a las hijas de Jetro cuando ellas buscaban una oportunidad dar agua a sus ganados. Una de estas hijas vino a ser después esposa de Moisés (Ex. 2:15-21).
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