AFRICA, ASIA y MEDIO ORIENTE los desafíos de la independencia y de la modernización


La historia afroasiática contemporánea esta marcada por la fuerza del nacionalismo, las luchas entre el radicalismo, el encadenamiento de las revoluciones permanentes, fruto de la inestabilidad social, económica política y militar, y por la acelerada carrera por conquistar, por medio de la modernización las metas del desarrollo. Escenario de la violencia mundial de la segunda mitad del siglo XX, presenta perspectivas sombrías y conflictivas. Sus oportunidades son frágiles si no se revisa el orden internacional.

Están los principales procesos políticos y sociales que nacieron con la descolonización, y sus manifestaciones regionales, así como identificar sus principales problemas en la construcción de los nuevos Estados Nacionales, y en la búsqueda o afirmación de sus nuevas y/o viejas identidades.
Algunas regiones han concentrado una mayor atención, y han concentrado las rivalidades y tensiones mundiales entre los bloques de poder o a raíz del enfrentamiento de intereses económicos estratégicos para las potencias. Tal ha sido la situación del Medio Oriente, Sudeste Asiático, Cuerno Oriental Africano o África Austral. Y algunos países han atraído mayormente la preocupación mundial, como China Comunista, Japón o Sudáfrica.

África del Norte
La historia de esta región se ha desarrollado sobre tres fuerza de gran importancia: el nacionalismo arabe, que dio forma y vida a las principales ideas acerca del destino de la nación arabe en su proceso de recuperación de su dignidad y orgullo; la revolución, el medio para conquistar la libertad e independencia de cada territorio colonial o sometido a un gobierno resistido y criticado, que por lo general había sido apoyado por las potencias occidentales; la modernización, objetivo de cada movimiento y de cada revolución en su afán por sacar del atraso a sus respectivos pueblos. Las tres fuerzas marcaron profundamente las relaciones de las sociedades norafricanas con sus vecinos europeos y con las superpotencias.

Entre 1952 y 1970 se dieron los mas importantes cambios políticos y económicos en la región. Fueron años de guerras anticoloniales de golpes de Estado revolucionarios de intensas presiones políticas y diplomáticas provenientes de las superpotencias y de la división entre países nacionalistas revolucionarios y países pro- occidentales. La figura mas influyente fue Gamal Abdel Nasser, dirigente nacionalista egipcio, quien libero durante muchos años las reivindicaciones árabes frente a Occidente, y quien trato de construir a su alrededor la unidad arabe. Los movimientos que le siguieron se caracterizaron por originarse entre los elementos mas jóvenes de los ejércitos nacionales recién constituidos, provenientes de las clases medias y de los profesionales que concebían el progreso de sus pueblos a partir de programas reformistas y de nacionalizaciones, para alcanzar la modernización de la sociedad.

En Argelia, los miembros del Frente de Liberación Nacional emprendieron en 1954 una guerra contra la dominación colonial francesa. La violencia que vivió el país fue cruel y extrema y comprometió a las dos fuerzas en combate. Sus efectos sobre la política interna francesa fueron decisivos, no solo porque desestabilizo el poder ejecutivo y suscito malestar y alientos golpistas entre las fuerzas armadas, sino porque fortaleció el poder de Charles de Gaulle, quien logro conservar la unidad de Francia en torno a una nueva Constitución y una nueva republica. Aunque la guerra concluyo en 196, las cicatrices y las herencias se mantuvieron muchos años mas. Los ejemplos de las tres revoluciones tuvieron un profundo impacto tanto en la región como sobre todos los países del tercer Mundo. Sus acciones y resultados se enmarcaron en las luchas anticoloniales y modernizadoras de esos pueblos y se constituyeron en un factor desestabilizador de los regimenes cercanos a Occidente. Aun en el interior de sus propias sociedades se avivaron fuertes resistencias, provenientes de sectores tradicionales vinculados al fundamentalismo islámico. Frente a sus vecinos, motivaron políticas autoritarias y dictatoriales, como en Marruecos, Mauritania y los países del Medio Oriente. Sus ideales y sus logros vincularon a estos gobiernos revolucionarios con las luchas civiles y anticoloniales en Sudán, Chad, Sahara Occidental y en las guerras contra el Estado de Israel en Palestina.

Su influjo en el movimiento de los No alineados fue decisivo, así como en los debates mundiales sobre la defensa de los derechos y la dignidad de los pueblos subdesarrollados. Nasser fue seguido por Khadafi, papel que desde mediados de los años setenta disputo a otros lideres de Asia o de América Latina. A pesar de ello ninguno consiguió que el mundo arabe, tanto de África como del Medio Oriente, aceptara unirse bajo un único mando o país. A partir de 1975 comenzó en el extremo noroccidental de la región la guerra entre los combatientes del frente POLISARIO y los gobiernos de Marruecos y Mauritania, luego que España, el país colonial en la región, les dejara su colonia de Ríos de Oro, desconociendo los derechos de sus tradicionales habitantes.

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